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"Tenemos que acabar con él", dijo un acusado de matar al alcalde de Polop

"Tenemos que acabar con él [Alejandro Ponsoda, alcalde de Polop, del PP]". La frase la pronunció uno de los siete encarcelados por el asesinato del regidor, ocurrido la noche del 18 de octubre de 2007 a las puertas de su garaje particular. El comentario está recogido en el sumario y es fruto de la confesión del primer arrestado, Raúl Montero Trevijo, un narcotraficante.

Según el sumario, Montero desveló a los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que el asesinato de Ponsoda se fraguó en el reservado del prostíbulo Mesalina, a las afueras de Benidorm. En uno de esos encuentros, en los que también estuvo presente el sucesor de Ponsoda en la alcaldía, Juan Cano, también en prisión, Montero declaró que oyó decir: "Tenemos que acabar con él". La aseveración, según Montero, la realizó Salvador García Ros, un empresario del calzado, igualmente encarcelado.

La trama que urdió el asesinato de Ponsoda contrató para ejecutar el crimen a dos pistoleros checos, después de contactar con otros sicarios que rechazaron por considerar muy caro "el trabajo". Éstos solicitaban unos 100.000 euros por el asesinato, mientras los checos lo aceptaron por la mitad.

Según el sumario, los dos pistoleros checos estuvieron apostados en el lugar de los hechos en un vehículo Renault Laguna. Nada más llegar Ponsoda a las puertas de su garaje, empezaron a disparar. Los sicarios efectuaron tres tiros con dos armas distintas. Sólo uno alcanzó de pleno en el cerebro del alcalde, los otros dos se estrellaron en la puerta y un cristal del coche.

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