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El Escurridizo, o el atracador que no iba a la oficina

'El Solitario pobre' está acusado de 10 robos en seis meses en el noroeste

F. Javier Barroso

Cada mañana, Ramón G. O., un zamorano de 55 años, cogía su maletín y salía de casa como si fuera a trabajar en la inmobiliaria en la que estuvo contratado. Este vecino de Torrelodones (21.200 habitantes) mantenía una vida aparentemente normal. Lo que no sabían ni su compañera sentimental ni el hijo de ésta es que dedicaba las mañanas a una actividad bien distinta. La Guardia Civil le acusa de haber cometido al menos una decena de atracos a bancos de la zona oeste de la región, entre los meses de junio y octubre.

Este supuesto asaltante, conocido como El Escurridizo o El Solitario pobre, estuvo trabajando en una inmobiliaria hasta poco antes de verano. Cuando le despidieron por falta de negocio a causa de la crisis, decidió no contar nada a su familia. Pero tenía que mantener su nivel adquisitivo, por lo que decidió, según la Guardia Civil, asaltar bancos.

El asaltante elegía sucursales bancarias con pocos empleados
El arrestado había sido despedido de la inmobiliaria en la que trabajaba

El primer atraco que le imputan los investigadores del instituto armado lo cometió, supuestamente, el pasado 5 de junio en una caja de ahorros de Collado Villalba. La forma de actuar de este hombre siempre era la misma. Entraba, pistola en mano, y pedía tan sólo el dinero en efectivo que tenía el cajero en los mostradores. No esperaba nunca a la apertura retardada de la cámara de seguridad, ya que esto habría prolongado el tiempo del atraco varios minutos. "No es una persona ambiciosa. Se conformaba con los 600 o 1.000 euros que había en la caja y se marchaba", recuerdan fuentes de la Guardia Civil.

Los agentes de la Policía Judicial iniciaron la llamada Operación Copito a raíz del segundo atraco que cometió, casi un mes después, el 1 de julio, de nuevo en Collado Villalba. Los investigadores se encontraron con grandes dificultades. El autor de los robos siempre tomaba grandes medidas de seguridad, no empleaba violencia y cometía atracos que no duraban más allá de dos minutos.

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El asaltante siempre elegía sucursales pequeñas, en las que hubiera pocos empleados. A ellos se unía que siempre esperaba a que la entidad se hubiera quedado sin clientes. De esa forma lo hizo, por ejemplo, el pasado 9 de octubre, cuando asaltó una sucursal de la Caja de Badajoz en Las Rozas. Se agazapó detrás de las plantas de una floristería hasta que el establecimiento bancario se quedó vacío. Se apoderó de unos 1.200 euros en efectivo, según explicó la directora de la sucursal, Yolanda García Suso.

El asaltante siempre elegía pueblos cercanos a la autovía de A Coruña (A-6), como Majadahonda, Las Matas, Torrelodones y Las Rozas. Una vez llegó hasta Pozuelo de Alarcón. Eso puso sobre la pista a los agentes de la Guardia Civil, que tenían la imagen del atracador. Cuando perpetraba los atracos llevaba gafas de sol, pero no ocultaba su cara bajo máscaras o pasamontañas que dificultaran su identificación.

La Guardia Civil logró llegar hasta él y mostró las imágenes del sospechoso a las víctimas, que le señalaron como la persona que les había intimidado con una pistola durante los asaltos.

Entonces surgió otro problema para su detención. De repente, a mediados del mes de octubre, el atracador dejó de cometer robos. Algo pasó en su carrera criminal para que se produjera este frenazo. Posteriormente, el detenido confesó a los guardias civiles que a la salida del último robo vio a unas personas dentro de un coche y sospechó que eran policías, que le estaban investigando. Paradojas de la vida, aquellas personas no eran integrantes del instituto armado. Debían de ser particulares. Pero surtió efecto.

Los agentes, sin embargo, llegaron la semana pasada hasta su domicilio. La sorpresa de su compañera sentimental y el hijo de ésta fue enorme. No daban crédito a lo que estaban viendo. Jamás habían sospechado que Ramón se dedicaba a tan lucrativa actividad matinal.

Los agentes le detuvieron y le imputaron la comisión de, al menos, 10 atracos en otras tantas sucursales bancarias. Tras pasar a disposición judicial, ha ingresado en prisión preventiva acusado de 10 delitos contra el patrimonio (robos con violencia e intimidación). De momento, El Escurridizo ha dejado de serlo.

La Guardia Civil imputa a este supuesto delincuente la comisión de 10 asaltos a entidades bancarias de la zona oeste de MadridVídeo: GUARDIA CIVIL

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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