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El PP niega el impacto de la depuradora en el hospital de Ontinyent

Las pegas y condicionantes planteados por la Agencia Valenciana de Salud a la construcción del nuevo hospital general de Ontinyent a un centenar de metros de una planta depuradora del río Clariano no impidieron que el pleno de la corporación, gobernada por el PP, aprobara la noche del lunes la cesión de los terrenos en una parcela pegada a dicha instalación.

La alcaldesa, Lina Insa, calificó como "cositas" las pegas encontradas por los técnicos, entre ellas los olores y ruidos generados por la depuradora, así como los posibles problemas de salubridad por la proximidad al cauce de un río, mientras que el portavoz del PP, Filiberto Crespo, relativizó dichos condicionantes argumentando que no existe "ningún informe que diga que la parcela no es viable", en alusión al hecho de que los técnicos de Sanidad dieron su aprobación a la parcela pese a las pegas. "Nadie sería capaz de ubicar un hospital en una parcela que no cumpliera con las máximas exigencias", añadió Crespo.

Por su parte, el portavoz socialista, Jorge Rodríguez, puso el acento en los "ocho condicionantes y siete advertencias" que plantea el informe de la consejería, al tiempo que sostuvo que se debería buscar "otras alternativas". Los socialistas, con todo, se abstuvieron por la necesidad de contar con el nuevo hospital, una antigua reivindicación de la capital de la Vall d'Albaida. El Bloc, mientras, planteó sin éxito que el tema quedara sobre la mesa y, finalmente, también se abstuvo.

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