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Barajas no levanta el vuelo

Centenares de pasajeros sufren retrasos y cancelaciones en el aeropuerto

Lleva 36 horas en Barajas y echa humo. Caterina Barona, italiana de 40 años, volvía de México a casa a pasar la Navidad. Pero el temporal le pilló a mitad de camino. El lunes aterrizaba en Madrid a mediodía y su vuelo a Milán, previsto para las 14.30, se había cancelado. Desde entonces hasta ayer a las 23.30 ha visto cómo se suspendían "un montón" de vuelos. "Ha perdido la cuenta. "Más de seis", asegura. "Ahora mismo nos acaban de cancelar el último".

Las pantallas de información del aeropuerto de Barajas le dan la razón. Junto con su vuelo a Milán se han cancelado varios a Alicante y decenas de personas hacen fila frente a las oficinas de información de Iberia. Barona no durmió la noche anterior. La pasó entre los asientos del aeropuerto y las filas en busca de un nuevo vuelo. La de ayer tampoco pensaba descansar mucho. "No me quiero ir. Tengo miedo de que no salga el avión", asegura. Y añade que Iberia tampoco le ha facilitado un hotel. Ni apenas comida. "Sólo el almuerzo de hoy". Y ya lleva 36 horas.

Las caras de preocupación se agolpan también frente a los paneles que informaban de las llegadas, donde los vuelos retrasados se cuentan por decenas: Barcelona, Londres, Lisboa, Valencia, París. "Hemos llegado con retraso de Tenerife y hemos perdido el vuelo a Buenos Aires", relata un matrimonio que esperaba para poner una reclamación. "Nos han puesto en lista de espera para mañana, pero sin garantías", se despiden.

A Diana Martín se le empañan los ojos mientras arrastra las maletas de su amigo. "Se iba a Chile a las doce de la noche, pero nos han dicho que hay overbooking [sobreventa de billetes] y que no puede volar". Su amigo recorre el aeropuerto para poner una reclamación. Martín cuenta que les han dicho que hasta el 26 igual no hay otro vuelo a Chile. "¿Qué quieren, que pase la Nochebuena aquí? Nos tratan como perros", afirma con enfado.

Los pasajeros en tierra se quejan de la atención dada por la compañía. "Te hablan como si fueras un número", explica Martín. "Nadie dice nada", se suma Victoria Arnaiz, afectada por la cancelación del vuelo a Alicante.Y es que el aeropuerto de Barajas tuvo problemas durante todo el día. Justo un día después de recibir los azotes del temporal, los vuelos nacionales alcanzaban a última hora de la tarde de ayer retrasos de hasta cinco horas, y los internacionales acaparaban demoras de días. Todo ello el mismo día de la quiebra de Air Comet, con todos sus vuelos cancelados, aunque AENA aseguraba que esto no había afectado a las demoras.

"Mi vuelo aparece y desaparece del panel. Y llevo varias horas esperando", explica un viajero frustrado de Iberia con destino a Barcelona. Otro pasajero italiano reconocía llevar un día esperando volar a Milán, también con Iberia. "Primeros nos dijeron que no salíamos por el mal tiempo, luego por cuestiones operacionales", dijo después de haber sido bajado del avión y a la espera de otro vuelo.

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AENA aseguró que el aeropuerto funcionaba ayer con normalidad. Un portavoz aseguró que los retrasos se debían a las condiciones meteorológicas de otros países, como Italia, Alemania o Reino Unido. "Las demoras pueden deberse también a problemas de las aerolíneas que no hayan solventado todavía los retrasos de días anteriores", explicó.

El tráfico del aeropuerto funcionó a pleno pulmón, según AENA. "Tuvimos 98 vuelos por hora, por encima de lo normal", dijo su portavoz, y añadió que el índice de retraso fue de media hora.

Pasajeros de vuelos cancelados y retrasados reclaman en las ventanillas de Iberia.
Pasajeros de vuelos cancelados y retrasados reclaman en las ventanillas de Iberia.SAMUEL SÁNCHEZ

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