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Columna
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Principios y fines de nuestra sanidad

Uno de los avances más relevantes que ha experimentado nuestro Sistema Nacional de Salud ha sido la reforma y desarrollo de la atención primaria -impulsada en el año 1984-. Este hecho supuso un salto cualitativo sin precedentes para los cuidados de salud de la población española, cuyo modelo resultante sirve hoy día de referente para muchos países del mundo. Partimos de una valoración global positiva, superada en ocasiones por variables que, con el paso de los años, han incidido directamente en el ámbito asistencial, dando como resultado un modelo masificado cuyo mantenimiento representa uno de los desafíos que afronta y habrá de afrontar la sociedad española en el futuro más inmediato.

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Factores como el envejecimiento de la población y su crecimiento, o el aumento de las enfermedades crónicas determinan la dimensión de la carga asistencial. Hasta el punto de condicionar otros aspectos no menos importantes como la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades, áreas que pierden protagonismo en el maremágnum de los quehaceres cotidianos del médico. Consciente de cómo la evolución social modifica las demandas sanitarias, el Gobierno ha situado la sanidad entre sus prioridades de actuación, dedicando las dos primeras conferencias de presidentes a analizar la situación y determinar medidas que garanticen su sostenibilidad.

Las nuevas fórmulas no aportan nada nuevo, más allá de las recomendaciones de incrementar los recursos y mejorar la eficiencia, gestión y organización, estrategias que pasan por el ciudadano y en particular, por el profesional médico. El ciudadano, pues, ha de sentirse parte del sistema y hacerlo desde la concienciación de un uso racional y sostenible de los recursos. El profesional, por su protagonismo en la toma de decisiones del sistema y su papel a la hora de racionalizar recursos y hacer un uso sostenible de los servicios que el ciudadano demande. Un profesional muy bien valorado por los ciudadanos, como puede desprenderse de la encuesta hecha pública por el Colegio de Médicos de Valencia en la que se pone de manifiesto cómo cerca del 90% de los valencianos se declaran muy satisfechos con la calidad de la asistencia recibida por los médicos.

La eficiencia garantiza pautas de sostenibilidad, también aplicadas a la sanidad. Es en ese contexto donde entra en juego la relación entre el número de profesionales, la gestión eficiente y la sostenibilidad del sistema sanitario. El informe Oferta y necesidades de los médicos especialistas 2008-2025, presentado el pasado año por el Ministro de Sanidad, viene a confirmar el hecho de que en nuestro país faltan 3.200 médicos y si no se pone remedio, en 15 años el déficit de facultativos se cifrará en 25.000. Este es, sin duda, otro de los retos de la sanidad española, directamente relacionado con el eje de todo sistema sanitario: la asistencia.

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En la actualidad, la deuda sanitaria de las comunidades autónomas superará los 11.000 millones de euros. Cierto es que esta cifra conduce a la necesidad de gestionar los recursos de una manera más eficiente. Pero también es cierto que el objetivo prioritario de la sanidad es procurar una prestación accesible y que garantice buenos resultados, características por las que el sistema de salud español es reconocido en todo el mundo, al ser universal, equitativo y gratuito. Por ello es tan importante el profesional médico, pues puede garantizar un camino más racional y sostenible para nuestro sistema sanitario, y hacerlo desde la prevención, la concienciación, la educación y también la excelencia en la prestación del servicio.

Estos son algunos elementos que conforman una ecuación exitosa para el futuro de nuestra sanidad. Comenzando por el profesional médico, formado y comprometido con la eficiencia en la gestión de recursos, objetivo para cuya consecución el papel del Colegio Oficial de Médicos resulta esencial, por su contribución a que nuestros médicos asuman diariamente el compromiso de fortalecer nuestro sistema sanitario. Un sistema -reitero- que tantos ciudadanos de muchos otros países envidian.

Vicente Alapont es presidente del Colegio Oficial de Médicos de Valencia.

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