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OPINIÓN
Columna
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Visitar al banquero

Joaquín Estefanía

China tiene más de dos billones de dólares en reservas, de los cuales una buena parte está invertida en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Así pues, cuando Obama visita Pekín es como si estuviese acudiendo a su banquero. China es una contradicción en sí misma: está a punto de ser la segunda economía del mundo por su tamaño y al mismo tiempo es todavía un país en vías de desarrollo. ¿El motivo?: su inmensa población de 1.300 millones de personas.

Hay acuerdo entre los analistas en que se está configurando una nueva formación G, el G-2, formada por EE UU y China, lo que indica con más rotundidad que nunca que el eje geoestratégico dominante del mundo se desplaza hacia Asia. También hay unanimidad en que después del viaje de Obama a Pekín no se han arreglado los principales problemas económicos pendientes. Pocos días antes de la llegada del presidente de EE UU, el Banco Popular de China (entidad central) daba un mensaje señalando que el yuan estaba devaluado respecto al dólar, pero su revaluación no se ha producido a pesar de las presiones, y probablemente su valor tampoco va a ser movido en el corto plazo. Estados Unidos pretende disminuir su abultado déficit con China impulsando las exportaciones, lo que le permitiría paliar su problema prioritario: el paro, superior ya al 10% de la población activa (sin contar con los subocupados y los desanimados, que podrían elevar ese porcentaje al 17%); para ello, China debería revaluar su moneda, consumir más (lo que mejoraría las condiciones de vida de sus ciudadanos) y vender menos a EE UU.

Las presiones para que China revalúe su moneda no parecen haber dado resultado ni tras la visita de Obama

Teniendo en cuenta la posición acreedora de China en renta fija americana, hay que contemplar la idea de que el dólar debe dejar de ser la moneda de reserva mundial y ser sustituida por una cesta de monedas. Así lo expuso China en los días anteriores a la reunión del G-20 en Londres, el pasado mes de abril, y por un momento se temió que esta iniciativa iba a concentrar las discusiones de los convocados en vez de estudiar las soluciones a la Gran Recesión global. Tres meses después, en Rusia, la cumbre de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) volvió a la carga. El argumento es el siguiente: Estados Unidos tiene el 5% de la población mundial y el 20% de su PIB, y sin embargo imprime billetes que representan entre el 65% y el 70% de las reservas mundiales de divisas. Lo que le da una posición privilegiada a la hora de competir.

El viaje de Bush no ha sido sólo a China, sino a la asamblea de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), en Singapur. Los países de la APEC tienen el 50% del PIB mundial y una expectativa de crecimiento económico medio a corto plazo del 8%. Incluso Japón, tan afectado por sus sucesivas crisis y una deflación estructural, está creciendo ahora a una tasa anualizada cercana al 5%. Obama pretende que esa zona sea el motor principal de su economía y que importe los productos y servicios made in USA.

Mientras tanto, ¿dónde está Europa?

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