_
_
_
_
_

El 70% de los embarazos de adolescentes acaba en aborto

El porcentaje de interrupciones entre mujeres adultas no alcanza el 30%

Los programas y campañas informativos sobre contracepción y sexualidad en Barcelona se están demostrando escasamente efectivos a tenor de los datos del anuario de salud de la ciudad y presentados ayer por los responsables sanitarios. El número de embarazos no deseados y abortos entre adolescentes, en especial entre las procedentes de países en desarrollo, se incrementa año tras año. En 2007, el último periodo analizado, el 70% de las jóvenes optó por interrumpir voluntariamente la gestación.

Aunque el estado de salud de los adolescentes barceloneses no preocupa especialmente a los responsables de la Agencia de Salud Pública -los indicadores son muy similares a los del resto de Cataluña- los porcentajes de abortos sí representan un motivo de inquietud. Las campañas para prevenir el consumo de drogas funcionan; las del tabaco también -pese a un ligero incremento entre las mujeres- al igual que las destinadas a fomentar la actividad física. Pero los programas divulgativos en materia sexual no consiguen los objetivos deseados, a no ser que durante este año el número de abortos empiece a disminuir, porque en 2008 en Cataluña volvieron a incrementarse.

Las inmigrantes interrumpen el embarazo el triple que las catalanas

Según las estadísticas ofrecidas ayer, en 2007 los embarazos entre chicas de 15 a 19 años aumentaron un exiguo 0,53% respecto al periodo anterior. En cambio, los abortos crecieron el 2,55% y alcanzaron el 70% del total de embarazos no deseados. Este porcentaje contrasta con las mujeres adultas que abortan en Barcelona, pues no llegan ni al 30% de las embarazadas. Es decir, las adolescentes abortan más del doble que las de mayor edad.

Este indicador es más preocupante entre las chicas procedentes de países en desarrollo, sobre todo Suramérica. En 2007, la tasa de abortos totales fue de 15,9 por 1.000, mientras que entre las extracomunitarias se disparó hasta el 43,4, dato que durante el año anterior no alcanzaba las 30 mujeres por 1.000. Pero es que la tasa de fecundidad entre las emigrantes también es muy superior, del 26,2 frente al 6,4 de las autóctonas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_