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Columna
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La Pinta, la Niña, la Santa María... y Alcalá

Cuando 166 dibujantes de humor, representando a 44 países del universo mundo, se reúnen libremente para, a través de sus obras, acuciar a los privilegiados, recordándoles las desgracias de los desfavorecidos, nos encontramos ante uno de los ejemplos más determinantes de unión y solidaridad profesional "... que vieron los siglos".

Desde Irak e Israel, codo con codo, hasta Alemania, Francia, Italia, pasando, claro, por todos los países iberoamericanos, originarios fundadores de estas exposiciones alcalaínas, los dibujantes universales se han esforzado, en esta convocatoria, en desarrollar la temática social del segundo de los Objetivos del Milenio, que se plantea "... lograr la enseñanza básica universal para el 2015".

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La risa como lenguaje

Este ímpetu dibujantil, patroneado por la Fundación General de la Universidad de Alcalá, arranca de la propuesta internacional de dibujantes españoles de conseguir que la totalidad de los humoristas gráficos pertenecientes a países de la ONU apoyen en sus obras, reiteradamente, la consecución de los aludidos ODM, Objetivos del Milenio.

¿Cómo se está consiguiendo esta unión supranacional? Por algo que, aunque parezca increíble, es rigurosamente cierto: España, una de las primeras potencias mundiales en humor gráfico es, sin duda, la lideresa internacional en cuanto a "mediadora diplomática" de este solidario y rebelde gremio de los dibujantes de humor.

Es realmente curioso y ejemplar ver a dos cubanos, uno de dentro y otro de fuera, junto a un greco-chipriota y un turcochipriota, un bosnio, un croata, portugueses, argentinos, brasileños, ecuatorianos, etcétera, y así hasta el infinito, trabajar juntos, codo con codo en esta auténtica ONUH, Organización de Naciones Unidas por el Humor, que se forma todos los años en Alcalá de Henares, en esta gran fiesta que es la Muestra Internacional de Humor Gráfico y que, desde que aquel inventor de solidaridades, el rector de Alcalá Manuel Gala, consiguió que las instituciones oficiales ampararan el Premio Quevedos a la labor vital de un humorista gráfico (que este año ha sido concedido al genio brasileño Ziraldo), se han sucedido en este controvertido tiempo (bueno, como todos los tiempos) de la Humanidad.

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Por eso nos preguntamos con voz queda, pero firme:

¿Lograremos los humoristas gráficos de todo el mundo seguir teniendo el amparo y la guía diplomático-institucional del Reino de España?

No dejen de seguir esta apasionante aventura, donde los españoles retornamos a nuestras ancestrales manías descubridoras: en este caso, hallar a través del humor gráfico la fraternidad universal.

Seguiremos, proclamo, informando.

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