_
_
_
_
_

Aguas de Barcelona pasa hoy a manos del grupo francés Suez

La Caixa desencalla un acuerdo con su socio y, tras la operación, fusionará en una gran aseguradora Adeslas y el grupo SegurCaixa Holding

La Caixa y su socia Suez Environnement, que llevan meses negociando de forma intermitente el futuro de Aguas de Barcelona (Agbar), han alcanzado por fin un pacto por el cual la primera caja española perderá peso en la compañía catalana, que pasará a estar controlada a partir de ahora por el grupo francés.

Suez contará tras la compleja operación, que podría oficializarse hoy mismo al más alto nivel, con una participación aproximada del 70% del capital de Agbar, uno de los grupos líderes en el mundo en la gestión del ciclo integral del agua en fase de expansión internacional y que, sólo en España, da suministro a 13 millones de clientes en 1.200 municipios y a otros 10 millones en el resto del mundo. Agbar está presente en todas las comunidades autónomas españolas.

La caja conservará entre el 20% y el 25% de Agbar a través de Criteria
Más información
La Junta de Agbar aprueba su exclusión de Bolsa a 20 euros por título

La Generalitat ya ha sido informada del preacuerdo entre Suez y La Caixa, alcanzado entre ambas partes en los últimos días. La caja, que preside Isidre Fainé, se mantendrá en el capital, con una participación de entre el 20% y el 25%, a través del grupo Criteria. La sede del grupo se mantendrá en Barcelona.

La operación es el perfecto reflejo de la senda estratégica que ha decidido tomar La Caixa: por una parte, replegarse en las participaciones de carácter industrial, sin abandonarlas; por la otra, reforzar la pata financiera y aseguradora de Criteria, el grupo que vehicula sus inversiones y también su expansión internacional.

Así, la otra cara de la moneda de la operación da consistencia al negocio asegurador. Y es que, a resultas de ella, La Caixa se quedará como primer accionista de la firma que en España lidera los seguros de salud: Adeslas, con un volumen de primas de 1.162 millones de euros, más de tres millones de asegurados y una importante red de clínicas sanitarias.

Actualmente, Adeslas tiene dos grandes propietarios: Agbar, con un 55% del capital, y la mutua francesa Médéric, con el otro 45% y en la que tiene presencia la familia Sarkozy. Agbar se convirtió en primer accionista de Adeslas hace 20 años. Ahora, La Caixa se dispone a comprar el 55% que Agbar tiene en Adeslas. En la práctica, Suez pagará a la caja con los recursos que cobre Agbar a raíz de la venta de su aseguradora de salud. Esta operación concentrará definitivamente a Agbar en el negocio del agua. Suez ha dicho siempre que Francia y España son sus dos pilares estratégicos, de interés prioritario. Agbar ha aportado 1.500 millones de euros a sus cuentas del último año. Otra cosa es la aventura del grupo francés en Gas Natural, en la que por ahora está en fase de repliegue al no haber logrado ni entrar en el consejo ni tener ninguna influencia sobre la gestión.

Pero la cosa no queda aquí. Hace tiempo que La Caixa viene barruntando la posibilidad de integrar el negocio de Adeslas con la cabecera de su negocio asegurador, SegurCaixa Holding, que preside Ricard Fornesa y que es especialmente fuerte en los segmentos de vida y de pensiones.

La venta de entre un 20% y un 25% de las acciones de La Caixa en Agbar a punto de venta valían ayer, al cierre del mercado, entre 543 y 679 millones de euros, puesto que la acción cerró a 18,23 euros por acción. Sin embargo, la negociación ha partido siempre de la base de que el precio debía ser más elevado, considerando la prima de control que implica la operación.

Ahora, Criteria posee un 11,5% de Agbar, pero además de esta participación, Criteria controla un 49% del holding Hisusa, que a su vez controla un 66,5% de la compañía que preside Jordi Mercader y dirige Ángel Simón. El 51% restante de Hisusa está en manos de Suez.

Cuando empezó a hablarse, antes del paréntesis estival, sobre la posibilidad de que saliera adelante esta operación, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona reaccionaron con recelo. Sin embargo, La Caixa podría haber dado garantías a las instituciones sobre el control de la distribución de agua en Barcelona.

Sede de Aguas de Barcelona (torre Agbar) con la Sagrada Familia al fondo.
Sede de Aguas de Barcelona (torre Agbar) con la Sagrada Familia al fondo.CARLES RIBAS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_