Guipúzcoa ultima un acuerdo para suprimir el Impuesto de Patrimonio

El Impuesto sobre el Patrimonio tiene fecha de caducidad en Guipúzcoa, la única provincia española que aún lo tiene en vigor. El PNV y Hamaikabat, socios en la Diputación guipuzcoana, han abierto una negociación para eliminar esta figura impositiva con efecto desde el 1 de enero de 2009. Hamaikabat, que ostenta la cartera de Hacienda en este territorio y ha hecho en los últimos meses una defensa a ultranza del Impuesto de Patrimonio, aceptaría ahora suprimirlo a cambio de elevar la presión a las grandes fortunas (las que utilizan las sociedades de inversión colectiva o Sicav), que en la actualidad tributan por el impuesto de sociedades al tipo único del 1%.

La desaparición del Impuesto de Patrimonio en Guipúzcoa culminaría la pretendida armonización fiscal en los tres territorios. Tanto Vizcaya como Álava lo dejaron inactivo a mediados de diciembre de 2008, meses después de que en abril de ese mismo año el Consejo de Ministros dejara sin efecto este impuesto dentro del paquete de medidas tributarias para reactivar la economía. La mayoría de los países europeos también han ido renunciando a él. La Hacienda estatal y las de Álava y Vizcaya siguen teniendo esta figura impositiva, pero a un tipo de gravamen cero.

La Hacienda foral ha ingresado este año 53,1 millones por ese gravamen

Guipúzcoa, contra corriente, decidió conservarlo activo. Este año, la Hacienda foral guipuzcoana ha ingresado 53,1 millones de euros de 13.412 contribuyentes (600 menos que en la campaña anterior) por este concepto. Para justificar su mantenimiento, el diputado de Hacienda, Pello González, de Hamaikabat, ha sostenido repetidamente que se trata de un tributo que grava a las rentas altas y proporciona recursos económicos para destinarlos a fines sociales e inversiones.

La postura de Hamaikabat ha entrado en colisión por este motivo con la del PNV en el seno del gobierno foral. Este partido ha sido partidario de eliminarlo para igualar la estructura impositiva en los tres territorios.

Los dos partidos nacionalistas protagonizaron sonadas disputas durante dos años a cuenta de la bajada de tipo de gravamen del Impuesto de Sociedades, lo que desencadenó incluso una crisis interna en diciembre de 2007 cuando el diputado general, el peneuvista Markel Olano, aprobó por decreto la rebaja al 28%, como habían hecho antes Álava y Vizcaya. Finalmente, ambos partidos sellaron a finales de 2008 un "pacto fiscal" que contenía un paquete de medidas, entre las que se incluía el mantenimiento del Impuesto de Patrimonio.

La discrepancia sobre este gravamen ha seguido estando latente entre los socios de la Diputación, sin que trascendieran las hostilidades. El diputado González ha aprovechado varias comparecencias públicas en los últimos meses para reivindicar su mantenimiento. Llegó incluso a afirmar que algunas voces se arrepentían "en privado" de haberlo retirado en Vizcaya y Álava.

En estos momentos, Hamaikabat ha suavizado su posición y abre la puerta a seguir los pasos de las otras dos haciendas vascas. A cambio de eliminar el Impuesto de Patrimonio, los responsables de las finanzas de Guipúzcoa proponen aumentar la tributación a las Sicav, las sociedades de inversión colectiva, donde se refugian las grandes fortunas para pagar tan sólo el 1% de sus beneficios. La propuesta consistiría en equipararlas a las sociedades patrimoniales, que lo hacen al 24%.

Con esta fórmula, Hamaikabat lograría mantener su objetivo de gravar a las rentas altas. El acuerdo en Guipúzcoa, en todo caso, entrañaría una remodelación impositiva que afecta a las provincias vecinas. Los cambios exigirían un acuerdo en el seno del Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) y su posterior ratificación en cada una de las Juntas Generales antes de expirar este ejercicio.