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Fini cuestiona la reforma judicial de Berlusconi

Cada día que pasa, Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados, se eleva un poco más sobre la mediocridad populista que resume la política italiana. Ayer, hablando desde la feria del libro de Francfort, Fini tomó distancia y corrigió de nuevo a su compañero de partido, Silvio Berlusconi, sobre su proyecto de reforma de la justicia, sobre ética institucional y papel de la prensa. "El crédito y el descrédito de un país, es decir la imagen de Italia en el exterior", afirmó Fini midiendo las palabras, "depende de muchos factores. Ciertamente depende de lo que escriben libremente los corresponsales extranjeros, pero no en modo preponderante. Depende del comportamiento de todos, instituciones incluidas".

En los últimos días, Berlusconi ha acusado a la prensa extranjera de denigrar la imagen de Italia y de la democracia al criticarle a él, y su ministra de Turismo, Michela Vittoria Brambilla, ha anunciado la puesta en marcha de un equipo que se ocupará de controlar los artículos que aparezcan sobre el Belpaese, "desde Perú a Japón", para después "bombardear a las redacciones con noticias positivas sobre Italia".

Diálogo con la oposición

Ante la reforma urgente de la justicia que prepara el Gobierno, Fini se mostró cauto. Afirmó que las reformas deben ser "compartidas por una amplia mayoría del Parlamento" para no generar convocatorias de consultas populares en su contra. Y señaló algunos principios fundamentales que deben ser respetados: "Una cosa es separar las carreras de jueces y fiscales, y otra es que los fiscales pasen a depender de otros poderes que no sean el orden judicial. La Constitución debe mantener el principio de la absoluta independencia de todos los magistrados".

El ex líder de Alianza Nacional recordó que la mayoría debe impulsar otras reformas institucionales, para alcanzar "un modelo de administración federalista, una democracia que gobierne con más eficacia y un mayor equilibrio entre poderes". Fini es partidario de reducir el número de parlamentarios, que hoy es de 945.

Mientras tanto, en Roma, el ex presidente español José María Aznar, que asistió a la inauguración de la exposición del escultor Gerardo Rueda, evitó defender a Berlusconi al ser preguntado por periodistas italianos por los ataques que le dedica la prensa. Según Il Corriere de la Sera, la respuesta de Aznar fue: "¡Si vieran cómo me ataca a mí la televisión de Berlusconi en España!".

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