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La chispa prendió en Lekeitio

Fue en los últimos días de junio cuando saltó la polémica sobre las pintadas y carteles de ETA. Interior requirió al Ayuntamiento de Lekeitio a que eliminase en menos de 24 horas varias inscripciones con el anagrama de ETA y alusiones a militantes de la organización terrorista, lo que motivó un cruce de acusaciones ente la consejería y el ayuntamiento, dirigido por el PNV. Rodolfo Ares. siguiendo su política de tolerancia cero , incluso advirtió que en caso contrario lo haría la Ertzaintza y luego se pasarían los gastos a los municipios. El PNV replicó que la retirada de la simbología etarra suponía una injerencia de la consejería de Interior en las competencias municipales.

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Pero, con los días, el asunto se fue suavizando, sobre todo cuando Ares anunció que liberaría más fondos para acabar con las alusiones a los terroristas en las calles. El consejero de Interior también telefoneó al alcalde de Lekeitio, José María Cazalis, para pedir disculpas.

En agosto se avanzó un acuerdo aunque las tiranteces prosiguieron. El portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka, afirmó en su blog que todo se trataba de "operaciones propagandísticas cuidadosamente programadas desde el Departamento de Interior para hacer notar que 'ahora sí". Ayer, la comparecencia pública de Ares y Bildarratz, con la presentación del acuerdo, parece haber cerrado definitivamente las discrepancias. Ambos remarcaron, como dice el convenio, que se siguen las directrices de la ley vasca de Víctimas y del Código Penal.

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