El desafío nuclear iraní
Irán probó ayer los dos misiles de mayor alcance de su arsenal, con capacidad para llegar hasta Israel, las bases estadounidenses en Oriente Próximo y partes de Europa. Aunque oficialmente se trataba de unas maniobras militares rutinarias, el lanzamiento transmite una imagen de desafío a las grandes potencias en vísperas de la reanudación de las conversaciones nucleares el próximo jueves en Ginebra.
La sensación de peligro gana terreno a la expectativa de beneficio en la política de Rusia ante Irán, aunque el presidente Dmitri Medvédev no haya desvelado las condiciones y plazos en los que podría apoyar sanciones -aceptadas ya como tal vez irremediables- contra Teherán por su programa nuclear.
La canciller alemana, Angela Merkel, se puso ayer el 9 de noviembre como fecha límite para la formación de un nuevo Gobierno en Alemania. Tras la victoria electoral, el pasado domingo, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel y el Partido Liberal (FDP) que dirige Guido Westerwelle, ambos se reunieron en la sede de la Cancillería para encauzar las negociaciones.
Los líderes europeos están más preocupados por las maniobras del presidente checo, Vaclav Klaus, para bloquear el Tratado de Lisboa que por un nuevo rechazo de los irlandeses en el referéndum del 2 de octubre. Los últimos sondeos pronostican que los partidarios del sí en Irlanda representan más del 55% de los votos.
Pasada la euforia por la victoria en las elecciones del domingo, el socialista José Sócrates encara una travesía difícil en el nuevo mapa político portugués. Antes de formar gobierno, el primer ministro tiene que buscar en los partidos a su derecha o a su izquierda el apoyo de 20 diputados, como mínimo, que le garanticen la mayoría absoluta de 116 votos en la Asamblea de la República.
Una vez más, el líder del Partido Laborista británico afronta hoy el discurso de su vida en una intervención ante las bases que puede definir su futuro político. La gran diferencia entre este año y otros en el pasado es que esta vez el líder en apuros no se llama Tony Blair, sino Gordon Brown.
Al filo de las cinco de la madrugada, se cumplió la amenaza. Un despliegue imponente de militares y policías rodeó las instalaciones de los dos únicos medios de comunicación contrarios al gobierno golpista -Radio Globo y el Canal 36 de televisión- y, sin orden judicial alguna, se llevó los equipos de transmisión.