Normalidad pactada para los menores 'caracoleros'
El colegio Andalucía del Polígono Sur de Sevilla ha tomado medidas para evitar conflictos entre las familias que se enfrentaron tras la muerte de un joven por una bala perdida en una reyerta, el pasado agosto. El conflicto se tradujo en que 35 familias abandonaran sus casas y vagaran por distintos puntos de la ciudad y sus alrededores hasta que regresaron al barrio, a principios de agosto. Durante este tiempo, los menores de las familias huidas no acudieron a clase. Ahora, con la perenne vigilancia de la policía, acuden antes a las aulas y se van después.
Todos los demás alumnos entran a clase a las 9.00 y salen a las 14.00. Pero los que pertenecen a las citadas familias entran a las 8.30 y salen a las 14.30. Así se evita que se encuentren. Llevan una semana con este método y, de momento, ha funcionado.
"Los niños no tienen ningún problema en las clases", asegura contento su director, Eduardo Barrera. "Tengo unos informes estupendos de las tutorías y nos alegramos muchísimo de su vuelta. Los niños son inocentes y muy flexibles", explica.
La dirección del centro ha tenido ocho reuniones para llegar a este acuerdo. Cuatro con la familia del fallecido y otras cuatro con los huidos. "A todos les ha parecido bien y lo están respetando", aclara el director.
Las matrículas están todas regularizadas, por una excepción que hizo la Consejería de Educación. Tras estar casi tres meses sin ir a clase, se les evaluó y pudieron seguir con sus plazas. Siguen escolarizados y los alumnos han pasado al curso que les correspondía. "En la primera media hora que están por la mañana hasta que llegan los demás se hacen actividades con ellos", asegura el director.