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"Hacía trompos antes de llegar a los pedales"

La Guardia Civil detiene a Jenry, un cabecilla de 'aluniceros' de 18 años

Jenry, desde muy niño, se dedicaba a girar en veloces trompos por los descampados llenos de carbonilla de Las Torres de Villaverde. Aún no llegaba a los pedales. Pero ya era conocido en el barrio. Por los mayores, aluniceros curtidos, y por la policía. "Ya hacía persecuciones y robos antes de llegar a los pedales del coche, tenía que conducir de pie", recuerda un agente con experiencia en la zona. Ahora tiene 18 años y una pistola calibre 38. Está detenido desde el pasado 2 de septiembre, cuando la Guardia Civil puso en marcha la Operación Cascabel, en referencia a lo escurridizo del muchacho. Jenry era el cabecilla de una banda de siete ladrones que habían participado en más de 80 robos con fuerza y alunizajes en los últimos meses. En total, 130 agentes participaron en su detención. Un arresto dificultoso: embistió con su Mercedes todoterreno a los guardias antes de ser apresado.

Tenía 60.000 euros en efectivo y 39 vehículos de alta gama en Toledo

La madre de Jenry vive en Villaverde. Cerca de los bloques donde ha crecido este peculiar modelo de delincuente. Muy violento y siempre con un coche como arma principal. Derrochador, "fanfarrón" y duro, según fuentes policiales. La mujer ha peregrinado por las comisarias del barrio. Estaba "harta" de su hijo y ya no quería saber nada de él. Fue internado en un centro de reforma hace dos años del que se fugó casi inmediatamente. Desde entonces, con 16 años, "ya estaba preparado para hacer cosas serias", según un agente que ha seguido su trayectoria delictiva. "A partir de esa época empieza a tener cosas pendientes con nosotros", prosigue el policía.

Creció su fama y empezó a respetarse su nombre como conseguidor de coches "para los mayores" en los túneles de lavado de los municipios con más renta de Madrid. "Conocía a todos e iba cambiando de compañeros", sentencian los agentes del lugar.

También había crecido físicamente. Mide algo más de un metro ochenta y es corpulento. De origen dominicano, aunque documentación española (llegó muy pequeño a Madrid), tiene la piel muy morena. Y se toma muchas molestias en su vestimenta. "Necesitaba dar muchos palos para mantener ese tren de vida que llevaba", deslizan desde la Guardia Civil.

Ya tenía su propia banda y, como otros cabecillas del barrio, se había trasladado a Toledo. Allí tenía 60.000 euros en efectivo y 39 vehículos de alta gama. Se dedicaba al alunizaje, pero también al robo a mazazos. Y entraba en todo tipo de comercios, desde ópticas a joyerías. En total, la Guardia Civil piensa que puede haber cometido cerca de 200 delitos.

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