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El Saratoga ocultaba a las prostitutas en las redadas

El burdel Saratoga de Castelldefels (Baix Llobregat), que está clausurado por orden judicial, disponía de habitaciones en las que se escondían las prostitutas cuando se realizaban redadas policiales o acudía Inspección de Trabajo. El fiscal Fernando Bermejo se refiere a esta situación en un escrito dirigido a la juez del caso a partir de la declaración que prestó una empleada de limpieza del burdel en el Juzgado de Instrucción 33 de Barcelona.

La testigo explicó que presenció que las prostitutas eran conducidas a esas habitaciones con motivo de dos inspecciones realizadas por la inspección de trabajo en el local y que de esa manera quedaron a salvo de ser descubiertas, pues las puertas no se podían abrir desde el exterior. La testigo, que según el fiscal fue amenazada de muerte si seguía declarando en contra de los propietarios del local, también relató que éstos le dijeron que se enteraban de las inspecciones porque tenían relación con policías corruptos.De los 19 imputados en el caso sólo está en prisión el inspector de policía José Javier Martín Pujal, alias Jordi, que fue denunciado por el dueño de uno de los prostíbulos por exigirle 3.000 euros a cambio de no enviar a sus agentes al local.

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El fiscal relata que durante los años 2002 y 2003 se produjeron diversas operaciones policiales en los burdeles Saratoga y Riviera y que fueron detenidas 36 personas. Pero a partir de entonces hubo muy pocas redadas y siempre finalizaron "sin apenas consecuencias", dice el fiscal. La empleada del Saratoga que declaró en el juzgado que los dueños le dijeron en una ocasión que se enteraban de las inspecciones "porque tenían relación con policías corruptos".

Fue a partir de 2003 cuando se iniciaron los supuestos sobornos con miembros de la policía. Además de Jordi, otros cinco agentes de diversa graduación están imputados, entre ellos el comisario Luis Gómez. Los sobornos se prolongaron hasta 2007, cuando llegó un nuevo comisario y las inspecciones se realizaron "sin utilizar los trámites habituales", según declaró Martín Pujal. La llegada de ese comisario hizo que Jordi fuera apartado como jefe del Grupo I de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedad (UCRIF).

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Los Mossos d'Esquadra registraron los dos burdeles en los días previos a su clausura, acordada por la juez el 6 de marzo y prorrogada anteayer por seis meses. En ese registro se encontraron 52 mujeres en el Saratoga y 154 en el Riviera, aunque, en realidad, la cifra de prostitutas empleadas era superior. Según la testigo, sólo el Saratoga empleaba a 80 prostitutas.

Prácticamente todas esas mujeres estaban en situación irregular y al menos una docena eran menores. La fiscalía relata que eran tratadas "como verdaderos animales de carga, atentando contra los más elementales principios de la dignidad humana" y que un médico les suministraba hormonas y vitaminas "para que trabajasen más y mejor". Varias prostitutas han declarado que su horario era de las cinco de la tarde a las cuatro de la madrugada. En los registros del Riviera se descubrieron dos libretas con el balance diario del negocio, en las que aparecen desglosados la recaudación, el número de clientes, el dinero ingresado por copas, etcétera.

La Generalitat no tiene intención de regular la prostitución y cree que las actuales normas son suficientes. Según el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, que ayer actuó de portavoz, la Generalitat ha hecho una "apuesta decidida" para combatir este fenómeno, como lo demuestra su actuación en la clausura de Saratoga y Riviera. En realidad, ese cierre responde únicamente a una investigación judicial y es ajeno por completo a cualquier decisión política del Gobierno catalán.

El prostíbulo Saratoga, en la autovía de Castelldefels.
El prostíbulo Saratoga, en la autovía de Castelldefels.MARCEL·LÍ SÀENZ

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