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Reportaje:Fase clasificatoria para el Mundial de Suráfrica 2010

"La madre de todos los partidos"

Los aficionados hicieron colas en Rosario de dos días bajo la lluvia para comprar las 18.000 entradas populares puestas a la venta

Soledad Gallego-Díaz

El partido de esta noche es "la madre de todos los partidos", y los futbolistas, "soldados que saben lo que el país necesita y espera de ellos". Diego Maradona intenta infundir confianza a una hinchada que aprieta los dientes y se niega siquiera a tener pesadillas con una derrota que ponga en peligro la clasificación de Argentina para el Mundial de 2010. Es sí o sí, rugen los aficionados, y los jugadores intentan quitarse de encima la ansiedad como pueden. El encuentro contra Brasil, reconocen unos y otros, es de los heroicos.

Todo ha sido programado para ayudar a los locales a encontrar la necesaria furia. El encuentro se jugará en Rosario, la ciudad de Messi, el ídolo de Argentina, donde los aficionados han hecho colas de dos días bajo la intensa lluvia para lograr una de las 18.000 entradas populares que se pusieron ayer a la venta. La presión y el calor están desde luego garantizados. Todo el barrio General San Martín, donde nació La Pulga, con sus casitas bajas y grises, estará metido en las gradas.

El barrio donde nació Messi, con sus casitas bajas y grises, estará metido en las gradas

"Messi esta mejor que nunca", asegura Maradona, pero muchos contienen la respiración por miedo a que la presión sobre el jugador sea excesiva y recuerdan que La Pulga todavía no ha hecho su "gran partido" con la selección. El campo Gigante del Arroyito, en Rosario, tiene que ser el escenario en el que Messi se coloque definitivamente las insignias de mariscal, exigen los aficionados.

Los partidos contra Brasil han tenido siempre una historia particular. Los dos países se disputan al mejor jugador de la historia (Pelé o Maradona) y consideran que tienen la mejor selección del mundo. En esta ocasión, el encuentro tiene una épica particular porque Brasil va primero en la ronda clasificatoria, con 27 puntos, mientras que Argentina está en una humillante cuarta posición, con 22, detrás también de Chile y Paraguay. Ésta es además la primera vez en la que Maradona se enfrenta a Brasil como seleccionador y no ha podido ocultar la nostalgia de su época de jugador. "Ojalá pudiera tener 20 años menos y jugar este partido", confió. Las televisiones agrandan la nostalgia reproduciendo una y otra vez el agónico partido de octavos de final del Mundial de Italia 1990, en el que un Maradona lesionado y renqueante dio "el mejor pase de su vida" al Pájaro Caniggia, que marcó el gol que eliminó a Brasil.

Si esta selección, que descansa, salvo contadas excepciones, en jugadores sorprendentemente mayores, consigue superar a Brasil y asegurarse el también importante partido contra Paraguay, cuatro días después, en Asunción, todas las críticas desaparecerán y Maradona y su equipo podrán trabajar con calma con vistas a Suráfrica. Pero antes hay que ganar esta noche a Brasil como sea.

Por si las moscas, los brasileños han anunciado que viajan a Rosario con 220 botellas de agua para evitar un caso como el ocurrido en ese mismo Mundial de Italia, cuando el brasileño Branco bebió de la botella que le ofrecían los argentinos, supuestamente manipulada con un sedante.

Los brasileños se han encontrado además con una noticia molesta. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) solicitó cambiar la hora del partido a las 20.00, en vez de a las 21.45 como estaba inicialmente previsto, y ahora el encuentro competirá con la telenovela de mayor audiencia del país, Porto dos Milagros. Se dice que es una venganza del presidente de la CBF, Ricardo Teixeira, porque TV Globo difundió un reportaje sobre presuntos desvíos de dinero desde la organización a sus cuentas personales.

Aficionados hacen cola ante las taquillas.
Aficionados hacen cola ante las taquillas.AFP

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