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Columna
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Cero sesenta

"El deporte más completo es la natación". "En España se vive como en ningún lado". "La envidia es el deporte nacional". "La dieta mediterránea es la más sana". Son frases topiconas, que contienen muchas veces una gran verdad pero que no dejan de ser reflexiones de "Todo a cien". El grupo musical Ojete Calor (si no lo conocen, corran a YouTube, donde encontrarán alguna de sus espectaculares actuaciones) incluso les ha dedicado una canción. Se titula Frases de 0,60, y es una recopilación de afirmaciones obvias, de aforismos de baratillo, como "Las mejores baladas son las de los grupos heavies" o "Miró pinta como un niño". El estribillo de la canción propone pegar un bofetón a cualquiera que se te acerque con semejantes obviedades, a cualquiera que te suelte una "frase de 0,60".

En el cine también hay frases de este estilo. George Lucas, el padre de La guerra de la galaxias e Indiana Jones, que últimamente anda poco atinado con sus producciones y declaraciones, ya dijo una de las mayores perogrulladas acerca del medio cinematográfico: "En el cine el sonido es el 50%". Vamos, como decir que en el sándwich mixto el 50% es el jamón y la otra mitad el queso. Pero últimamente me he visto a mí mismo repitiendo una determinada afirmación y me he dado cuenta de la tontería decirla sin parar. Mi frase 0,60 es: "La comedia se valora menos que el drama". Una afirmación cierta, por supuesto, ya que está demostrado que los premios, el prestigio y las buenas críticas rara vez son dirigidas a una comedia. Son los dramas desgarrados los que se llevan al gato al agua.

Partiendo del hecho de que esto se dice y que está institucionalizado, toca aguantarse. Es absurdo que un comediante se tome a pecho que no se le valore lo suficiente. A ver, soy vasco y soy guionista. Esos dos factores significan que tengo un master en "victimismo quejica". Así que no quiero añadir el topicazo de "payaso triste" que se siente herido por no gozar del prestigio de los "trágicos". Sí, estamos hartos de frases del tipo "es una chorrada pero te descojonas" o "está bien para pasar el rato", pero los que nos dedicamos a la comedia deberíamos tomarnos estas opiniones como un halago.

Muchos cómicos han tenido que transitar de la comedia a los terrenos del drama para ganar credibilidad y buena reputación. Y es cierto que un buen actor cómico es capaz de hacer estupendos trabajos fuera de su género mientras los grandes intérpretes trágicos no suelen ser buenos en comedia, pero normalmente la transición de un género a otro suele venir acompañada de un ansia de reconocimiento que deja entrever una vanidad ridícula, unas desesperadas ganas de que te tomen en serio. Por eso creo que parte del talento cómico consiste en no oír los cantos de sirena del "arte serio", en seguir fiel a hacer reír, en tomarse a chufla todo lo que se nos ponga por delante. Si dicen que "la comedia es menor", ellos se lo pierden. ¿Ladran? Pues cabalgamos.

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