El Real Club Celta propone ampliar capital en 24 millones

Liberado del concurso de acreedores al que se sometió hace más de un año, el Real Club Celta de Vigo encara su primera junta de accionistas tras la suspensión de pagos con la propuesta de ampliar capital en 24 millones de euros. El próximo 29 de septiembre, los socios del club celeste tendrán que aprobar la medida, que tiene un objetivo doble: por una parte, pretende captar aportaciones dinerarias y por otra, transformar deuda de los acreedores en acciones. El club ha conseguido reducir su deuda en 35 millones y equilibrar sus cuentas en poco tiempo, pero aún tiene que cumplir la hoja de ruta marcada por el plan de viabilidad para los próximos diez años. Cada seis meses tendrá que rendir cuentas ante el juez sobre el cumplimiento de sus objetivos.

Lo que parece seguro es que las contrataciones millonarias han llegado a su fin. Con una plantilla modesta en precio, el Celta deberá mantenerse en Segunda División si quiere sobrevivir. Ascendiendo a Primera la salida sería más fácil con los ingresos televisivos por las retransmisiones.

Carlos Mouriño, el presidente, mide su optimismo en el celtómetro, un marcador contabiliza a los socios y anima a la afición. Ayer alcanzaba los 11.084, después del fichaje esta misma semana de Antonio Pérez, el vigués consejero delegado de la multinacional Kodak que pocas veces se deja ver en la ciudad.

Acreedores

Fuentes próximas al club estiman que la ampliación de capital podría llegar a capitalizar unos cinco millones de euros de la deuda. Las estimaciones más optimistas hablan de que se podría llegar a los diez millones. Los acreedores que no quieran acogerse podrán optar por una quita del 50% o del 85%, dependiendo del plazo de pago. Se baraja que el propio Carlos Mouriño, accionista mayoritario y acreedor de la Sociedad Anónima Deportiva, capitalice tres millones de euros.

La de septiembre será la primera junta de accionistas sin administradores judiciales por medio, que durante el último año han estado fiscalizando hasta la última factura del club.

La clave del éxito en el concurso del Celta, cuyo fallo se conoció el pasado 23 de julio, se debe en buena parte a que no ha habido impugnaciones al convenio de acreedores propuesto. Ese acuerdo pivota sobre los pactos alcanzados con Caixanova y Hacienda.