Elecciones en Afganistán
Las elecciones han sido un éxito para la comunidad internacional, pero tienen sabor a fracaso para Afganistán. Pese a que millones de personas desafiaron el jueves la amenaza talibán y acudieron a votar, otros millones más permanecieron en sus casas por miedo y desilusión con un proceso en el que dejaron de creer o desconfiaron.
J. BURCH (REUTERS) | Kabul
La Unión Europea y Estados Unidos insistieron ayer en que las elecciones del jueves en Afganistán son un hito decisivo en el proceso de democratización, aunque se mostraron cautelosos sobre los resultados, a la espera del recuento oficial. Los comicios son la baza que puede esgrimir tanto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como el primer ministro británico, Gordon Brown.
La jubilosa recepción dispensada en Trípoli al único acusado por el atentado de Lockerbie, tras su puesta en libertad de una cárcel escocesa por motivos humanitarios, ha generado una enérgica condena por parte del Gobierno estadounidense, erigido en portavoz de la indignación de los familiares de las víctimas, pero también del de Reino Unido, cuyo papel en el desenlace del caso sigue suscitando tantos interrogantes como críticas.
Cuatro policías murieron ayer en Grozni, capital chechena, en dos atentados cometidos por terroristas suicidas en bicicleta. Se trata de un nuevo episodio de la violencia que viene sacudiendo este mes la región norcaucásica rusa, que ha dejado decenas de muertos.
El Gobierno ruso dará una compensación de 22.000 euros a las familias de las víctimas de la explosión del lunes pasado en la central hidroeléctrica Sayano-Shúshenskaya, en Siberia, según anunció ayer el primer ministro Vladímir Putin durante una visita a la central. 26 personas han muerto y 49 siguen desaparecidas.
Irán permitió la semana pasada que los inspectores de la ONU visitaran las obras del reactor nuclear de Arak y ampliaran los sistemas de control en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz. El gesto, después de un año de reiteradas negativas, ha suscitado un debate entre quienes ven un signo de flexibilidad de unos dirigentes ahogados por las sanciones y faltos de legitimidad.
FRANCESC RELEA
El asesinato de la abogada de narcotraficantes más famosa de México y el de un destacado dirigente del PRD agudizan la sensación de impunidad en el país