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Tarragona atrae al 23% más de turistas pero gastan menos

Lleida salva la temporada sólo en agosto gracias al turismo local

Tarragona empezó a despuntar como foco turístico el primer semestre del año, pero el incremento de visitantes no se tradujo en euros. Al contrario: la Rambla de la ciudad se llenó con un 23% más de extranjeros respecto al mismo periodo de 2008, pero los hoteles se vaciaron un 9%. La ciudad recibió unos 30.000 turistas más, pero su gasto global fue un 10% menor que el registrado el pasado año, estiman los comerciantes.

El balance agridulce sirvió ayer al Ayuntamiento para certificar que Tarragona se ha apuntado al maná del turismo pese al ajuste que sufre el sector. "Los ingresos han caído por la crisis, pero atraemos a más gente. Son turistas que seguirán viniendo cuando pasen los baches económicos", subrayó el gerente del Patronato de Turismo municipal, Carlos Sanz, en la presentación de los datos.

Sin embargo, el estudio que ofreció el consistorio apunta a que la crisis que ha espoleado el turismo interior también ha contribuido al incremento de visitantes. El mayor aumento se ha registrado en turistas procedentes del País Vasco, un 85% más que en 2008, y de Andalucía, un 53% más. La mayoría de visitantes pasaron sólo una jornada en la ciudad y sin pernoctación de por medio, lo que arroja un crecimiento fuertemente apoyado en el turismo de proximidad.

El dato se vuelve positivo en las visitas de un solo día protagonizadas por los extranjeros alojados en la Costa Dorada. Indicio de que el principal núcleo hotelero de Cataluña está incorporando cierto interés cultural inexistente en décadas de turismo de sol y playa. El Patronato se agarró a los números positivos para confiar en que el crecimiento estimule al sector hotelero a construir más infraestructuras en la ciudad. "Tarragona se está perfilando como un lugar clave para el crecimiento de las cadenas hoteleras", zanjó Sanz.

En Lleida, los niveles de ocupación turística se están manteniendo respecto a los registrados en 2008 gracias, sobre todo, al turismo de proximidad y a los descuentos en el sector hotelero, que está ganando hasta un 20% menos por plaza para conseguir atraer clientela.

El presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Juan Antonio Serrano, explicó que estos descuentos están provocando que prácticamente no haya beneficios, aunque se intentan compensar haciendo reajustes de personal y minimizando los gastos. "El sector está aguantando y estamos consiguiendo una ocupación similar a la del año pasado gracias a nuestra flexibilidad", explica Serrano, quien agregó que el esfuerzo de las administraciones para promocionar el turismo local también está dando resultados. Eso sí, las reservas se están haciendo a última hora y por un corto periodo de noches: una media de 3,8 pernoctaciones. En cualquier caso, la ocupación hotelera en Lleida fue del 40% en julio y en lo que va de agosto ha subido al 70%, cumpliendo las previsiones.

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En cuanto la ocupación en las casas rurales, después de un flojo mes de julio -una ocupación del 45%-, en agosto ha repuntado hasta el 80%, al igual que el sector del cámping, gracias a los turistas catalanes y del resto de España. En el Pirineo, la tónica ha sido idéntica con un descenso de los veraneantes extranjeros.

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