Energía forestal
Nuevamente, la lacra estival de los incendios forestales, ha dejado su negra huella de destrucción y muerte por todo el país. Los descuidados montes se han convertido una vez más en inmensos y peligrosos polvorines y como era de esperar en muchos casos se ha activado el detonador de toda aquella energía acumulada, creando una dantesca fuerza destructiva de difícil o imposible control.
El aprovechamiento de recursos forestales (antaño principal fuente primaria de energía) no sólo nos permitiría desactivar estos potentes polvorines dispersos y amenazadores, sino que posibilitaría incrementar con recursos autóctonos nuestras fuentes de energía, creando al mismo tiempo empleo y disminuyendo a la vez la peligrosa dependencia energética del exterior.
El aprovechamiento de la biomasa forestal sería la apuesta perfecta para aprovechar una abundante energía autóctona, que por haber sido desdeñada, no sólo no nos proporciona su riqueza intrínseca, sino que empobrece periódicamente muchas regiones con su tremenda fuerza destructiva. La secular relación simbiótica del bosque y el hombre debe renacer adaptándose a los nuevos tiempos y posibilitando otra vez que toda esta energía forestal vuelva a tener signo positivo.