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Detenido por espiar y extorsionar a directores de entidades bancarias del Vallès

La Unidad de Secuestros y Extorsiones de los Mossos d'Esquadra ha detenido a José Lázaro A. V., de 47 años y vecino de Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental), por un supuesto delito continuado de extorsión a directores de entidades bancarias del Vallès. El arrestado, de nacionalidad española, no tenía antecedentes. El hombre exigía a sus víctimas un pago de entre 15.000 y 20.000 euros a cambio de no hacer daño a sus familias. Según la policía autonómica, el detenido llegó a extorsionar a cuatro personas.

La trama ha sido descubierta a raíz de la denuncia que el pasado mes de marzo interpuso un director de una entidad bancaria de Mollet del Vallès, al que se le exigía el pago de 12.000 euros. Este caso ya fue puesto en conocimiento del Juzgado de Instrucción número 3 de este municipio. Pero en julio, los Mossos recibieron varios avisos similares de extorsión de otros directores de la comarca e iniciaron una investigación en colaboración con los departamentos de seguridad de las entidades financieras.

El pasado 21 de julio, a plena luz del día, los agentes autonómicos prepararon un dispositivo especial para detener a José Lázaro A. V. justo cuando se disponía a recoger el dinero de una extorsión en el polígono de Santa Perpètua de Mogoda. En el momento del arresto estaba estafando a los responsables de dos entidades bancarias de Barberà del Vallès y Montmeló.

Información personal

Durante la operación, los agentes de los Mossos encontraron en el vehículo del detenido gran volumen de información sobre la vida personal de directivos de empresas y de entidades bancarias del Vallès Occidental y Oriental, cosa que les hace pensar que había preparado nuevos golpes.

La policía autonómica ha explicado que el detenido estudiaba y preparaba minuciosamente sus posibles objetivos, y siempre operaba de modo similar. Primero recababa todo tipo de información sobre sus víctimas -básicamente, directores de bancos y cajas de ahorros- y sobre sus familias. Analizaba, por ejemplo, sus datos personales, costumbres y movimientos habituales. Entonces, el supuesto extorsionador contactaba con sus víctimas y las intimidaba, explicándoles que disponía de detalles sobre su vida privada. Esto hacía "que los afectados se sintieran totalmente vulnerables", según los Mossos. A cambio de dejarles en paz, el detenido exigía a sus víctimas el pago de una elevada suma de dinero.

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