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Reportaje:Una gran arteria cambia de cara

Serrano, el conflicto y el futuro

Los coches particulares sólo rodarán por tres carriles y no podrán aparcar

"¿Pero van a dejar algún ladrillo en su sitio?", se pregunta Joaquín Ferrán mientras mira el horizonte de su calle con la palma de la mano por visera. Dos segundos le bastan al jubilado para deducir la respuesta por sí mismo. "¡Ni uno! ¡Qué barbaridad de obra!".

Desde la plaza de la Independencia hasta la calle de María de Molina, obreros, grúas, excavadoras, zanjas, vallas, camiones y planchas metálicas inundan la histórica calle de Serrano a lo largo de más de dos kilómetros de recorrido.

Las obras de esta vía comercial son, desde finales del año pasado, un laberinto infestado de máquinas y obreros con la misión de convertir la calle en un lugar de amplias zonas peatonales, espacios verdes, un carril para bicicletas y tres aparcamientos con capacidad para 3.000 vehículos.

Un carril para bicicletas recorrerá toda la calle hasta la Puerta de Alcalá
Las aceras serán más anchas. Los aparcamientos tendrán 2.161 plazas
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El proyecto, denominado Tejido Urbano, de los arquitectos Clara Eslava y Miguel Tejada, debería estar finalizado en superficie para estas navidades según las previsiones, y por completo para 2011. Claro que sólo según las previsiones. Desde hace una semana Ayuntamiento y Comunidad se han enzarzado en una disputa por saber cuál será el futuro de los yacimientos históricos encontrados en el tercer tramo de la obra, y ahora los trabajos desde la calle de Jorge Juan hasta la plaza de la Independencia están suspendidos indefinidamente. Mientras, los vecinos se quejan de las molestias y la Confederación de Comercio de Madrid ya ha anunciado protestas para septiembre si finalmente no se van cumpliendo los plazos.

Pero "no hay mal que por bien no venga", reflexiona José desde el portal donde ha sido conserje toda su vida. "Porque todo esto será para dejarlo más bonito, digo yo". Y es que los cambios, antes o después, molestos o no, desde luego no serán pocos. Claro que todavía queda la incertidumbre de saber si la Dirección General de Patrimonio aceptará las propuestas del Consistorio para dar una salida a los restos históricos, aunque por el momento el proyecto se mantiene.

Las aceras aumentarán su superficie en casi el 50% (la de los pares tendrá una anchura de 10 metros y 5,15 la de los impares). Se construirán de granito, pero no será todo gris. Un total de 2.348 árboles (un 53% más de los que había antes) potenciarán la calidad ambiental de la calle. Además, estarán provistas de nuevos bancos y mobiliario urbano que se colocarán a lo largo del trazado.

A todos estos cambios hay que añadir el carril-bici, cada vez más demandado por los usuarios de las dos ruedas, que atravesará la calle.

También se están llevando a cabo modificaciones en puntos singulares que buscan hacer del nuevo trayecto un destino atractivo para disfrutar de los paseos por la ciudad. Es el caso del cruce de Serrano con María de Molina, donde se mejorará y decorará la esquina de la Fundación Lázaro Galiano con el fin de facilitar sus accesos y promocionar la imagen cultural del barrio de Salamanca. Además, ciertos tramos de las calles que cruzan Serrano, en mayor o menor medida, también aumentarán su margen pavimentado, con la excepción de Goya y Juan Bravo.

Pero no toda la transformación será en las aceras. El tráfico rodado también experimentará cambios. De los seis carriles que existen actualmente (más uno de aparcamiento), se pasará a cinco, estando dos de ellos destinados al transporte público. Las plazas de estacionamiento desaparecerán a lo largo de todo el recorrido de la calle y en la mayoría de las aledañas. Con esto se pretende reducir el tráfico y recuperar calidad ambiental en la zona.

El proyecto ha contado con una inversión inicial de 106 millones de euros, aunque la empresa constructora financiará la obra con la venta y explotación de las plazas de aparcamiento de los tres subterráneos previstos.

El primero estará ubicado entre las calles de los Hermanos Bécquer y Marqués de Villamejor; el segundo entre Ortega y Gasset y Hermosilla; y el tercero entre Jorge Juan y la plaza de la Independencia (este último es susceptible de cambios, e incluso podría ser que no se construyese debido a los yacimientos). Entre los tres sumarán 2.161 plazas.

Los vecinos, que perderán 731 plazas de aparcamiento en la superficie (líneas verdes y azules), serán los primeros en optar a las subterráneas, cuyos precios oscilarán entre los 28.238 y los 29.390 euros, con un régimen de cesión de uso de 40 años. La web municipal www.munimadrid.es ofrece información relacionada con el proceso de adjudicación.

Y es que Joaquín lo había visto muy claro, en la calle de Serrano, para bien o para mal, "ni un solo ladrillo" quedará en su lugar.

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