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Intercitrus admite que la naranja ha dejado de ser rentable

El nuevo presupuesto de la interprofesional no cubrirá sus gastosLos cítricos se situaron como segunda exportación valenciana entre enero y abril

Ignacio Zafra

Intercitrus, la mayor interprofesional española, que agrupa a toda la cadena del sector citrícola, desde los agricultores a la gran industria, se encuentra sumida en un estado paradójico. Continúa celebrando asambleas generales (ayer tuvo lugar la última), renovando a los cargos de dirección y aprobando su presupuesto. En la práctica, sin embargo, la organización se mantiene en pie como lo haría un zombi. Es incapaz de tomar decisiones por falta de acuerdo entre sus miembros. Ha visto cómo se quedaba fuera de la organización una parte muy significativa de los agricultores valencianos, los asociados a la Unió de Llauradors (cuya representatividad ronda el 50%, según el sindicato agrario). Ha dejado de recibir fondos públicos para hacer publicidad. Y, tras un año en que las disputas internas la forzaron a funcionar con un presupuesto de "mínimos" que obligó a despedir a todos sus trabajadores salvo a dos, ayer aprobó unas cuentas todavía inferiores (185.000 euros) para la campaña que viene, sabiendo que no cubrirá gastos y que provocará un descubierto.

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Una triple crisis se cierne sobre la interprofesional: la económica, la citrícola, y la de la propia organización, que entró en barrena hace un año cuando las organizaciones agrarias se negaron a aprobar el presupuesto en protesta por la escasa atención a la situación de los productores.

Lo peor, con todo, puede ser la crisis del sector: la memoria de actividades de la última campaña admite que todas las variedades de naranja han estado "por debajo de los umbrales de rentabilidad". Y que las mandarinas también rozaron inicialmente ese listón. Una advertencia seria teniendo en cuenta que, tras el automóvil y la cerámica, los cítricos representaron la tercera exportación valenciana en 2008.De cada 100 euros que la comunidad autónoma ingresó por ventas al exterior, 9,4 provinieron de las naranjas, mandarinas y demás cítricos. El importe total ascendió a 1.822,4 millones, frente a los 4.092,3 millones del sector del automóvil y los 2.169,4 millones de la cerámica. Y entre enero y abril de este año, a pesar de la mala campaña, los cítricos se situaron en el segundo puesto exportador. En parte porque la actividad del sector es alta esos meses, y en parte por el descalabro de las dos grandes industrias valencianas.

En sus últimas palabras como presidente de Intercitrus, Antonio Muñoz, miembro del colegio de la industria de transformación, volvió a destacar la dificultad de competir con países como Egipto y Marruecos, con costes laborales propios de países pobres. Y tras su toma de posesión como nuevo presidente, Jorge García, miembro del colegio de las organizaciones de productores afines al comercio privado, apostó por rebajar los jornales en el campo cuando se abra la negociación del convenio colectivo.

García envió un mensaje optimista sobre el futuro de la interprofesional una vez superado, dijo, el momento crítico que la llevó al borde de la "desaparición"; "todos hemos aprendido que hay que tener un poco más de humildad y tolerancia para llegar a acuerdos por el bien del sector". El presidente puso como ejemplo el pacto alcanzado para no comercializar los cítricos que no llegan a tener un calibre mínimo. Y a ese mismo caso se refirió, pero en un sentido distinto, La Unió, que ha quedado excluida de Intercitrus después de abandonar COAG: "La aplicación de este acuerdo ha sido inútil porque no se ha cumplido ni por el conjunto de los operadores comerciales valencianos ni mucho menos por los de otras zonas productoras. Por tanto, la influencia que posee esta interprofesional en el sector citrícola español es inexistente". El sindicato agrario pidió la disolución de la organización "ante su incapacidad manifiesta".

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Si a Intercitrus le faltaban problemas, el presupuesto para la campaña 2009-2010 se ha reducido de 294.000 a 185.000 euros, una cantidad, avisó el auditor, que no cubrirá los gastos. La Generalitat, principal contribuyente, ha retrasado el sistema para librar los fondos, y el colegio de cooperativistas no está por la labor de ampliar su aportación. El nuevo presidente se mostró convencido, sin embargo, de que todo se arreglará.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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