_
_
_
_
_
Reportaje:Teatro

"Leer la mente ya es posible"

Marcel Just, director del Center for Cognitive Brain Imaging, explica los últimos avances realizados en el conocimiento del cerebro humano

Marcel Just, director del Center for Cognitive Brain Imaging de la Universidad Carnegie Mellon en Pittburg, explica que aún siente la misma fascinación por el misterio que esconde una de las creaciones más complejas del universo, el cerebro humano, que cuando empezó a dedicarse a entenderlo.

"Estamos empezando a poder leer la mente través de un programa que analiza la actividad cerebral. Esto ya es posible con una muestra de 60 palabras simples. No podemos descodificar cosas complejas en plan el gobierno no ha sido lo suficientemente democrático, pero podemos entender cosas como zapato, jamón o manzana. Espero que dentro de cinco años podamos hacer lo mismo con frases simples", relata durante su reciente visita a San Sebastián con motivo de un encuentro neurocientífico internacional sobre neurociencia y movilidad, organizado por la Fundación Repsol. Just explica que las ciencias que estudian el funcionamiento del cerebro están apenas en su infancia. "Es increíble ver la cantidad de errores y cosas incompletas que hay en los libros de texto de 1990". El gran avance tecnológico que ha abierto las puertas es la imagen por resonancia magnética funcional (FMRI por sus siglas en inglés). "Cuando me detengo a mirar este bello paisaje", afirma aludiendo a las vistas de la bahía de la Concha desde el Palacio de Miramar, "la sangre oxigenada fluye hacia el córtex visual, situado en la parte trasera del cerebro. El oxigeno tiene propiedades magneticas y el FMRI puede medirlas. Asi, el escáner puede medir la actividad en cada parte".

"El cerebro es mucho más social de lo que imaginábamos", afirma el experto
La materia blanca es el "héroe incomprendido" que conecta las áreas de la mente

El cerebro humano, explica, no es ni mucho menos la máquina aritmética que muchos suponían. "Pensaba que se pasaba el tiempo calculando cosas, analizando cuál era el verbo y cuál el adjetivo, pero resulta que no: el cerebro es mucho más social de lo que imaginábamos. Dedica gran parte de su actividad a pensar sobre otras personas, cosas del tipo '¿Por qué está pensando esto? ¿Éste es un amigo o un adversario?". Si uno lee un artículo de prensa sobre un asesino en serie, añade, buscará probablemente similitudes en el personaje con personas que conoce.

Nuestros pensamientos, prosigue, implican siempre la activación de multiples zonas del cerebro. "Se parece más a una veintena de máquinas trabajando en red". No cree que se pueda hablar de una pieza maestra en el mismo. Parte de la magia del cerebro, según explica, se cimenta en sus conexiones, en la materia blanca, "el héroe incomprendido" del cerebro, mientras que las miles de millones de neuronas, la materia gris, se llevan todo el crédito. "La materia blanca es como el cable de Internet en la oficina, nadie se interesa por él hasta que deja de funcionar".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_