Feijóo rechaza que se apure el pacto de financiación por "prisas políticas"

Galicia no aceptará que se cierre el nuevo modelo de financiación por "prisas políticas" derivadas de la búsqueda de apoyos parlamentarios. El Gobierno quiere contar con el nuevo modelo el 15 de julio. "Lo que importa es el acuerdo, no la fecha", replicó ayer en Valladolid el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, delante de su homólogo castellano leonés, Juan Vicente Herrera, que expresó su "profundo pesimismo" sobre este punto y dijo que se negaba a aceptar "el caramelo para el niño tonto". El sistema "debe ser asumible por todas las comunidades autónomas", añadió.

Para ambos, el proceso de reforma del modelo de financiación "está estancado, sin que, a la fecha de hoy, se haya producido ningún debate multilateral sobre su contenido". Feijóo y Herrera aprovecharon para decirle al Gobierno central que, tal y como están las cosas, "la perspectiva de un acuerdo consensuado es muy incierta y, en todo caso, no se percibe con claridad la inminencia que se predica respecto a su consecución".

Los dos presidentes autonómicos exigen que no cuente sólo la población

Para dejar constancia escrita del malestar de ambas comunidades, los presidentes suscribieron dos documentos sobre lo que debe ser, en su opinión, el nuevo modelo de financiación, con cuyas líneas maestras no se sienten cómodos. Así, el presidente de la Xunta consideró que "aunque sea posible un buen acuerdo entre las diferentes comunidades autónomas", lo que no se puede permitir es que "para que unas ganen, otras pierdan".

Juan Vicente Herrera, dijo, está a la espera de una información detallada de los planes que tiene el Ministerio de Economía sobre el nuevo sistema, cuya manera de afrontarlo ha sido, además de "muy desdichada", una "tomadura de pelo". Así, se quejó de que en los encuentros mantenidos con la vicepresidenta Elena Salgado "no se ha hablado de cifras de los recursos adicionales", que sí son conocidas a través de los medios informativos. Feijóo acusó al Gobierno de Zapatero de "opacidad y descoordinación", porque cada uno de sus miembros "dice una cosa distinta".

Ambos mandatarios quisieron dejar muy claro que el número de habitantes "no debe ser la única variable" a la hora de fijar las necesidades financieras. Tanto Feijóo como Herrera afirman que otras variables "como la dispersión, el envejecimiento, la orografía, la emigración y la baja densidad de población" deben primar en el nuevo modelo. Por ello, los dos gobiernos consideran que "la dispersión no debería de pesar menos del 1,2% en la determinación de la población equivalente".

Lo que ambos intentan evitar por todos los medios es que la participación en el nuevo sistema de financiación de estas comunidades "no altere su posición relativa en el sistema vigente". A pesar de que los dos presidentes declaran que quieren huir del frentismo, el documento suscrito está basado en tres principios: suficiencia, igualdad y autonomía financiera, para no perder posiciones como las mantenidas hasta ahora. En su opinión, el Gobierno central está invirtiendo un "escaso capital político" en este debate sobre el sistema de financiación, como consecuencia "de su creciente debilidad parlamentaria, con la búsqueda de apoyos minoritarios claramente vinculados a determinados territorios".

En este estado de cosas, consideran "imposible" consensuar un acuerdo entre todas las comunidades autónomas, "a pesar del voluntarismo del Gobierno, que anuncia fechas límites para su consecución, hasta ahora sistemáticamente incumplidas". Por otro lado, el presidente de la Xunta anuncio que el próximo otoño se celebrará en Santiago una cumbre para debatir un "amplio" protocolo de colaboración en 11 manario de cooperación".