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Reportaje:

Dénia, la eterna bronca del ladrillo

El gobierno local, apoyado por un tránsfuga, dice que quiere frenar el hormigón

Cuando se cumple un año de la traumática moción de censura que le dio el poder al PP y a sus socios independientes en detrimento de PSPV y el Bloc; cuando ya ha transcurrido un lustro desde que los tribunales anularan el agresivo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1990 y tras dos décadas de desmesurado crecimiento inmobiliario, la bronca del urbanismo continúa empantanando la vida pública de Dénia. El gobierno de la popular Ana Kringe y la oposición se acusan de actuar en connivencia con los promotores y de condenar a esta ciudad a la masificación del ladrillo.

El ejecutivo de Kringe celebra su primer aniversario en el poder con la aprobación del concierto previo para el futuro PGOU que debería diseñar un nuevo modelo de crecimiento de una ciudad que durante décadas se lo jugó todo a la carta de la expansión urbanística y que ahora ve con inquietud la crisis del ladrillo. Sin embargo, el consenso para tan importante propósito ha resultado imposible.

Para la oposición, que recibió un disco compacto con el nuevo planeamiento horas antes del pleno en el que se aprobó, ese documento demuestra que el voto de censura tenía claros intereses urbanísticos que ahora han salido a la luz: "Ustedes perpetraron hace un año un golpe de estado al apartar al gobierno legítimo de Dénia y ahora dan otro beneficiando a los empresarios que les apoyaron", señaló en el último pleno la ex alcaldesa socialista Paqui Viciano, mientras era jaleada por sus seguidores. El también edil del PSPV Vicent Grimalt aseguró tener pruebas de que justo antes de aprobar este concierto previo el gobierno local se encerró en un despacho con miembros de la asociación de promotores. PSPV y Bloc denuncian la reclasificación de más de un millón de metros cuadrados en la zona de Les Marines. "Han programado una macrociudad, no una ciudad sostenible", denunció el portavoz del Bloc, Pau Reig.

El gobierno acusa por su parte a PSPV y Bloc de haber entregado la ciudad a la especulación entre 2003 y 2008: "En ese periodo, ustedes tienen el récord de construcción de casas, con más de 8.300", dijo la edil de Planeamiento Urbanístico, la centrista Pepa Font, quien adujo que el nuevo concierto del PGOU pretende frenar el hormigón.

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