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Zapatero y Feijóo fijarán por escrito los plazos para la llegada del AVE

La Xunta defiende que se mantenga la financiación actual si no hay acuerdo

Diez temas "prioritarios", cuatro "urgentes" y uno siempre inevitable: las infraestructuras. Eso es lo que había en las carpetas que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, llevó en su primer viaje al Palacio de La Moncloa. Del encuentro con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, sale con el compromiso del Gobierno de firmar un acuerdo institucional "con plazos, cifras y comisión de seguimiento" para la llegada del AVE a Galicia, sí, pero también para otras infraestructuras relevantes. "Como el que firmaron Felipe González y Fraga para traer las autovías", se felicitó Feijóo en la comparecencia ante los medios.

Durante las dos horas y media que duró el encuentro, el presidente gallego propuso sus propias fechas para la Alta Velocidad, que eludió detallar luego ante los medios. Sí ratificó que la Xunta será "comprensiva" con las necesidades técnicas de las obras pero "muy exigente" a la hora de reclamar los plazos. "Llevo pidiendo este acuerdo cinco años", insistió: "Es importante que el presidente haya reconocido los retrasos y los incumplimientos". El pacto se plasmará en las próximas semanas, pero nadie en la Xunta espera que esté listo para la audiencia que mantendrán Feijóo y el ministro de Fomento, José Blanco, el miércoles 24.

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En el resto de las cuestiones inaplazables (financiación, ley de dependencia, crisis del sector lácteo y voto emigrante en urna) los compromisos de Moncloa fueron más evanescentes. Y eso que el presidente gallego se presentó con el beneplácito del Parlamento autónomo y de todos sus grupos, "incluido el del PSOE", apostilló.

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Celebró, no obstante, que en el debate multilateral para cuadrar la financiación haya dos fondos correctores que primen en el reparto a las comunidades con una renta inferior al 90% de la media española y también a las que menos crecen demográficamente. Los criterios no son nuevos pero eso no evitó que la delegación gallega lo celebrase como un triunfo parcial. La aportación para Galicia por contar con una lengua propia será de 29 millones de euros.

En el modelo de financiación, Feijóo no se mostró especialmente a favor ni en contra. Lo hará cuando conozca la porción que le corresponde a Galicia. De momento, ya sabe que la tarta a repartir es de 9.000 millones de euros. Y la Xunta aspira a conservar lo que tiene, más o menos un 7% del total. Ayer no hubo amenaza de veto, sólo la advertencia de que Galicia precisa fondos para la educación, la sanidad y la dependencia. Si el momento no permite cuadrar los números para el nuevo sistema de financiación, vino a decir Feijóo, que se mantenga el que está vigente. Su consejo no encontró respuesta, más allá del emplazamiento por parte de Zapatero a seguir negociando con la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado.

Más exito tuvieron sus reclamaciones para que el envejecimiento de la población prime en el reparto de fondos para dependencia, dado que Galicia tiene un 5% más de mayores de 65 años (el 21,6% de la sociedad está en esa franja de edad) que la media de España. El asunto tendrá que ser abordado en todo caso con la ministra de Sanidad y Bienestar, Trinidad Jímenez. Como los 60 millones de euros que, según repitió el ex vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, debían ser transferidos a Galicia en este ejercicio y de los que sigue sin haber noticias.

La letra pequeña de todos los temas pendientes será abordada por los conselleiros en los próximos 45 días cuando tienen previsto verse con todos los ministros. Incluido el mandato parlamentario que solicita las trasferencia de las autopistas AP-9 y AP-53 a Galicia, que también será tratado la semana que viene en la cumbre sobre infraestructuras.

La contribución al Xacobeo, que será una "pieza separada" dentro del "programa de turismo nacional" corresponde al ministro de Industria, Miguel Sebastián, quien ya se ha interesado por este evento. La Cidade da Cultura también contará con fondos estatales, a tenor de la nota emitida ayer por el Gobierno.

Recostados sobre los sillones de la Moncloa, ambos dirigentes acordaron, según Feijóo, otra declaración de intenciones para que la Unión Europea levante el veto a la construcción civil de barcos en Navantia. "Será una prioridad de la presidencia española de la Unión Europea durante el primer semestre de 2010", dijo Feijóo que le transmitió Zapatero. El comunicado oficial del Gobierno centra menos el tema y sólo alude a que será tratado en futuras reuniones. Al término del encuentro, el mandatario gallego resumió sus peticiones a Zapatero con una metáfora: que tome el mapa de Galicia y mire todo los que falta para ponerle remedio.

Es todo lo que dio de sí la primera cita entre los dos presidentes, que sirvió para abrir una nueva era en el diseño de las grandes obras. Una foto simbólica no captada por los fotógrafos en la zona vip de Barajas hubiera servido para poner fin a la etapa anterior. Ya de vuelta a Santiago, Feijóo se tropezó con la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez. Fue un saludo fugaz entre dos dirigentes políticos que nunca se toleraron desde que empezaron a tratar en 2004. Claro que los flashes ya no estaban para captar la despedida.

Zapatero y Feijóo bromean, ayer, a las puertas del Palacio de la Moncloa.
Zapatero y Feijóo bromean, ayer, a las puertas del Palacio de la Moncloa.EFE

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