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Reportaje:Econonía global

Euforia en India

Los resultados electorales auguran un periodo de avance económico

Los agentes económicos de India han recibido con euforia la clara victoria del Partido del Congreso en las elecciones legislativas. El pasado lunes, el índice Sensex de la Bolsa de Mumbai (la antigua Bombay) dio un salto del 17%, el mayor en un sólo día de los últimos 17 años, y la rupia se revalorizó un 3% frente al dólar. Después de un largo mes de votaciones -de las que iba a salir, según los más diversos analistas, un Parlamento atomizado entre más de 300 partidos-, los resultados electorales rompieron todos los pronósticos de inestabilidad y dieron un espaldarazo a la coalición gobernante.

"La perspectiva de un Gobierno estable para los próximos cinco años sin interferencias de los partidos de izquierda será muy atrayente para los inversores extranjeros", afirma un empresario europeo. India necesita urgentemente atraer inversión exterior -en marzo descendió un 55% hasta los 1.426 millones de euros- para impulsar el desarrollo del segundo país más poblado del planeta, con 1.100 millones de habitantes, de los que más del 60% siguen viviendo de la agricultura, que apenas supone el 18% del PIB.

"La perspectiva de un Gobierno estable es muy atractiva", dice un empresario
Los inversores demandan reformas laborales y más apertura

El primer ministro Manmohan Singh, que juro el viernes su cargo ante la presidenta de India, Pratibha Patil, presentó una coalición con 274 diputados, pero su Gobierno cuenta con el apoyo de hasta 322 de los 543 diputados electos de la Lok Sabha (Cámara del Pueblo), que tiene otros dos escaños designados por el jefe del Estado.

Singh -arquitecto de la apertura económica de India cuando era ministro de Finanzas en 1991- tendrá ahora las manos libres para emprender todas las reformas que le impidieron sus aliados comunistas durante la pasada coalición gubernamental, que se rompió en verano, aunque Singh consiguió apoyo externo para agotar la legislatura. La flexibilización del mercado laboral es una de las mayores demandas de los inversores y se incluirá en la próxima reforma de la legislación.

Entre las asignaturas pendientes está también la privatización de un importante número de empresas estatales y la disminución en la participación en otras, incluidos los bancos, que son en un 70% propiedad del Estado. La liquidez obtenida por estas ventas reduciría el galopante déficit público, que las medidas sociales adoptadas por el Gobierno central y los déficits de los distintos Estados de la Unión India amenazan con elevar por encima del 11% del PIB en este año.

Los inversores demandan también que se levanten total o parcialmente los estrictos límites existentes a la inversión extranjera en los sectores de las telecomunicaciones, los seguros y la venta al por menor. "En los primeros 100 días de Gobierno, Singh tiene que pisar el acelerador de las reformas y pasar de la teoría a la práctica", señalaba el pasado lunes en su primera página el diario indio The Economic Times.

Casi el 60% del PIB lo produce el sector servicios, que apenas emplea al 28% de la población, mientras que la industria representa el 21% del PIB y emplea al 12%. Para el economista Ajay Shah, el "gran reto" del nuevo Gobierno será revitalizar el sector privado, que en la última década ha sido el que ha tirado del carro de la anquilosada economía india, pero que ha mostrado signos de agotamiento por la excesiva reglamentación y la terrible burocracia. La reforma de la Administración pública es una antigua promesa del Partido del Congreso jamás abordada.

Aunque en las grandes urbes indias apenas se percibe la crisis económica global, la caída de las exportaciones -en marzo descendieron el 33% con respecto al mismo mes de 2008- ha supuesto un duro golpe para las zonas dependientes de éstas, como el Estado de Gujarat, en el oeste del país, donde se pulen y tallan más del 80% de los diamantes del mundo. Sólo en Gujarat 200.000 personas han perdido el empleo desde octubre. Pero es la industria textil, también volcada hacia la exportación, la que ha causado más desempleo. En total, más de un millón de indios ha perdido en estos meses su trabajo, sin contar decenas de miles de empleados, en su mayoría ingenieros, de la industria del software que trabajan por contratos, muchos de ellos no renovados.

En el año fiscal que iniciado en abril se prevé que el crecimiento del PIB indio se reduzca al 4,5%, una cifra muy insuficiente para mantener los índices de empleo en un país cuya población aumenta en 27 millones de ciudadanos al año. La emergente clase media -el 20% de total- ha sido la más beneficiada por el cambio del ciclo económico expansivo de la última década de la mano de las tecnologías de la información, estrellas de la economía india.

La producción manufacturera representa el 16% del PIB y buena parte de ésta se destina a la exportación. La Federación de la Organización de Exportadores Indios ha pedido al Gobierno ayudas urgentes al sector para evitar que en los próximos seis meses otro millón de indios se quede sin trabajo. Pero el peso que el consumo interno tiene en la economía india -las exportaciones sólo suponen el 19% del PIB- es lo que ha frenado el impacto de la crisis global. Sin embargo, ésta se ha percibido especialmente en el sector inmobiliario, movido en parte por los indios residentes en el exterior. India, primer país del mundo por remesas de sus emigrantes -en 2008 alcanzaron la cifra de 32.000 millones de euros-, ha sufrido el impacto de la reducción de éstas, estimado en un 10% desde el cuarto trimestre del año pasado. Las agencias inmobiliarias de las grandes urbes, como Nueva Delhi, Chennai (la antigua Madrás), Bangalore o Mumbai han emprendido campañas muy agresivas para atraerse clientes a los que ofrecen un coche o un viaje a Europa o EE UU como regalos por la compra de una vivienda.

Pese a la inyección de optimismo que ha supuesto el rotundo triunfo electoral, el Gobierno no tendrá tiempo para disfrutarlo, ya que son muchas las tareas que tiene que abordar de inmediato para cumplir su promesa de transformar el crecimiento económico en desarrollo del que se beneficien los más desfavorecidos. -

Nueva Delhi acogerá en 2010 los Juegos de la Commonwealth. En la imagen, las obras de la villa deportiva.
Nueva Delhi acogerá en 2010 los Juegos de la Commonwealth. En la imagen, las obras de la villa deportiva.EFE

Vientos propicios para España

Para las grandes empresas constructoras españolas, que han apostado con firmeza por India, soplan vientos benignos. Las necesidades del gigante asiático son inconmensurables en cuanto a infraestructuras, y los economistas coinciden en que Manmohan Singh aprovechará su segundo mandato para volcarse en su plan 2007-2012, con el que pretende crear empleo y romper los cuellos de botella que frenan el desarrollo indio. Singh prevé destinar a infraestructuras más de 300.000 millones de euros, e incluso, abrir la puerta a la financiación privada de éstas. "El que continúe el Gobierno es favorable para España porque permite que sigan adelante los proyectos que ya estaban en marcha", comenta Teresa Solbes, consejera comercial de España en India.

Desde Abengoa hasta OHL, pasando por Acciona, Fersa, Isolux, Dragados, Cobra, Indra, CAF y otras, prácticamente todas las grandes compañías españolas vinculadas a las infraestructuras, tanto de transportes como energéticas, están ya presentes en India o tienen proyectos en lista de espera.

Las inversiones y el comercio bilateral también han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos diez años, aunque la tasa de cobertura comercial española sigue estancada en torno al 30%.

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