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Reportaje:

Cuéntalo en 20 segundos

El Guggenheim celebra su primera Pecha Kucha Night - La serie de presentaciones se apoyan con imágenes en un tiempo limitado

El arquitecto británico Mark Dytham está convencido de que un micrófono en manos de un diseñador tiene el riesgo potencial de convertirse en una trampa para capturar a la audiencia durante horas sin dejar escapatoria. Dytham encontró la vía de escape con una fórmula que combina las intervenciones cronometradas con la proyección de fotografías. En 2003 empezó a organizar en Tokio, donde estableció su estudio de arquitectura, las sesiones Pecha Kucha (pronúnciese peh-chak-cha), en japonés algo como cuchicheo o bla, bla, bla. En principio fue una actividad sin más pretensiones que diversificar la programación de un espacio cultural con la participación de arquitectos y diseñadores que mostraran su trabajo en intervenciones de seis minutos y 40 segundos, la suma de 20 proyecciones de 20 segundos de duración cada una.

Su creador, Mark Dytham, cree que la fórmula se adapta a estos tiempos de crisis
El chef del restaurante del museo, Josean Alija, se sumó al proyecto

Ahora la experiencia está extendida por 200 ciudades de todo el mundo y ayer llegó al auditorio del Guggenheim. También hubo Pecha Kucha en Edimburgo y en Tampa (Florida), y hoy volverá a repetirse la fórmula en Budapest, donde anteriormente ya se ha hecho 11 veces. Tokio y Buenos Aires tienen sus propios récords: en la capital japonesa han celebrado ya 62 noches de Pecha Kucha y en la argentina la última vez asistieron más de 600 personas. Sin salir de España, Barcelona, y Sevilla también ha probado la gracia de obligar a presentar los trabajos a toda prisa. Dytham abrió ayer la sesión en el Guggenheim, con las 350 localidades del auditorio ocupadas.

Como cualquier participante, Dytham, un hombre afable y hablador, tuvo que atenerse a las reglas. "No creo que sea estresante; en 20 segundos tienes tiempo suficiente para transmitir una idea", asegura. Su fórmula para ahorrar tiempo se adapta especialmente a los creadores poco conocidos y a quienes quieren compartir los inmensos archivos fotográficos que se almacenan con la tecnología digital. "Se comparten fotos, proyectos, experiencias", dice.

En Bilbao participaron dos grupos de arquitectos, una fotógrafa, dos diseñadores y un publicista. También se sumó al cuchicheo el cocinero del restaurante del Guggenheim, Josean Alija. No hay límites, advierte Dytham, ni en los temas ni en las edades. Su madre, de 69 años, habló en Tokio de sus arreglos florales, y Nanami, la hija de su socia, de cinco, mostró las fotos de una visita al Museo de Ciencias Naturales de Londres.

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Dytham patentó la idea pero no obtiene beneficios del Pecha Kucha. Su intención es aunar fuerzas con diseñadores y arquitectos para crear una "fundación global" que desarrolle proyectos en todo el mundo. "Despierta mucho interés en las zonas más afectadas por la recesión económica, como Detroit o Cleveland. La creatividad se adapta a la crisis".

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