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Histórico cambio de Gobierno en Euskadi

El PNV asegura que estará vigilante en la oposición para evitar "desmanes"

Urkullu rebaja el tono de la respuesta al nuevo Gobierno socialista

El PNV dio ayer un giro más a las primeras intenciones que expresó tras verse desplazado del Gobierno vasco. Inicialmente, había manifestado su propósito de "seguir liderando" Euskadi desde las instituciones que mantiene, lo que se interpretó como la determinación de utilizarlas como contrapoder al Ejecutivo socialista. Posteriormente, sin embargo, matizó que no iba a llevar a cabo una oposición destructiva ni subirse al monte.

El presidente del partido, Iñigo Urkullu, aprovechó ayer una jornada organizada en Bilbao por la Fundación Sabino Arana y el Partido Demócrata Europeo para enmarcar en una actitud de vigilancia y exigencia la labor del PNV desde la oposición, que recaerá principalmente en manos del grupo parlamentario. En este sentido, Urkullu aseguró que los 30 parlamentarios del PNV y la representación que tiene en el resto de instituciones vascas "servirá para impedir que nadie cometa ningún desmán en este país". "No es ninguna amenaza, sino la garantía que ofrecemos para cumplir el compromiso que hemos contraído como partido", precisó a continuación,

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La celebración del acto en la capital vizcaína permitió al presidente peneuvista justificar su ausencia en el acto de la toma de posesión de Patxi López como lehendakari en Gernika. Pero no obvió una referencia al "día de hoy" [por ayer] para "dejar patente todo el agradecimiento, cariño y consideración del PNV a Ibarretxe", un sentimiento que considera "compartido por la inmensa mayoría de la sociedad vasca". Urkullu, que ha llegado a confesar sus desencuentros políticos con el ex lehendakari, no le escatimó, sin embargo, elogios y expresiones de cariño. "Será muy difícil que en Euskadi se repita otro Ibarretxe, como sucede con todas las grandes personas", afirmó, tras indicar que respeta su decisión de abandonar la vida política.

Aunque moderó los términos de la oposición anunciada al nuevo Gobierno, no modificó su rechazo a la oferta de colaboración lanzada por Patxi López en la investidura. Su Ejecutivo, señaló, es fruto de "una alianza de interés para España, que prima los intereses partidistas y personalistas con irresponsabilidad y frivolidad". Considera el PNV que no existe un "programa de gobierno" coherente detrás, sino el interés común de socialistas y populares de echarle del poder justificado "en la supuesta regeneración democrática".

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Aceptar la oferta realizada sería, según Urkullu, "ser cómplice" de esa situación, un papel que su partido no está dispuesto a jugar. Por el contrario, manifestó que el PNV "sí va a ser responsable con este país", por lo que utilizará su presencia institucional para evitar que la nueva mayoría en el Parlamento vasco cometa lo que calificó de desmanes.

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