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Entrevista:MARGARET CHAN | Directora general de la Organización Mundial de la Salud | Alerta sanitaria

"Los virus de la gripe son tramposos, no hay que confiarse"

Espera al periodista a la puerta del ascensor y le saluda juntando las manos e inclinando la cabeza. ¿Es por miedo a la gripe porcina? "No, es que así lo hacemos en mi país. Además, los dos estamos sanos, así que no habría problema porque nos diéramos la mano, ¿no?". Margaret Chan lleva tres años al frente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero, puntualiza, "30 en temas de salud pública", en Hong Kong, la ciudad en la que nació hace 61 años, "casi 62", revela.

No es la primera vez que Chan se enfrenta a virus emergentes de gripe. En 1997 frenó en seco un brote del H5N1, el que luego reapareció en 2003 en Vietnam y originó la epidemia de gripe aviar que todavía colea. "Tuve que tomar decisiones muy duras. Era un nuevo virus y coincidió con nuestra temporada de gripe estacional. Pero ordené el sacrificio de un millón y medio de aves y no dejé que se mezclaran los dos tipos de virus". A pesar de su expeditiva actuación, que le dio fama de persona dura -ella prefiere decir que se hizo conocida porque no le costaba tomar decisiones-, aquel brote se saldó con 18 personas enfermas, de las que murieron seis. "Pero lo contuve", añade orgullosa.

"La de 1918 empezó como una infección leve, con un tiempo de calma. Y volvió"
"El nivel 6 no quiere decir que nos acerquemos al fin del mundo"
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La amenaza actual es diferente. En plena crisis, y aunque ayer fue un día sin grandes novedades en la evolución mundial del brote, Chan recibe a EL PAÍS en su despacho de la OMS, en el emblemático edificio de Ginebra, poco concurrido por ser domingo. La directora general repasa la situación y la actuación de las autoridades sanitarias mundiales ante esta nueva epidemia.

Pregunta. Suiza ha confirmado ya un caso de gripe H1N1 en humanos. Algunas personas en el aeropuerto usaban mascarillas esta mañana, pero no he visto a ninguna que las lleve en la sede de la OMS. ¿Ha dado alguna orden al respecto?

Respuesta. No, en absoluto. Las mascarillas son útiles en unos casos, e innecesarias en otros. Por ejemplo, si a alguien le moquea la nariz o tiene tos, es bueno, y hasta ético, que lleve. Cuando se visitan hospitales, o alguien de tu familia está enfermo, usar mascarilla puede ser muy adecuado. Pero en otras circunstancias, no hacen falta. No quiero enviar un mensaje de que usar mascarillas es inadecuado. Los individuos deben ser capaces de tomar la mejor decisión.

P. Ha pasado poco más de una semana desde que se descubriera el nuevo virus de la gripe. En una escala de uno a diez, ¿cómo está de preocupada?

R. Es difícil de cuantificar, pero hay algo que hay que dejar claro. Cada vez que vemos un nuevo virus que causa un brote, las autoridades sanitarias tienen que estar muy preocupadas. Y por eso, todos los países con los que he hablado, y por supuesto la OMS, nos estamos tomando esta situación muy en serio. Porque cada nueva enfermedad es, por definición, impredecible. Da sorpresas, y tenemos que demostrar nuestra determinación a tomar medidas para que la vida de las personas quede protegida.

P. Hay críticos que dicen que la OMS, los Gobiernos e incluso los medios de comunicación han sobreactuado en esta crisis. Que se está exagerando lo que, de momento, no es más que una gripe. Nueva, pero perteneciente a una familia de virus con la que los humanos han convivido durante casi 3.000 años.

R. Eso es comprensible. Siempre que hay un brote de una nueva enfermedad hay dos grupos de comentarios. Unos dicen que se está haciendo muy poco y muy tarde. Y otras personas dicen que se está exagerando.

P. ¿Y usted, qué opina?

R. Hemos aprendido del SARS

[síndrome agudo respiratorio grave, también llamado al principio neumonía asiática] en 2003 y del H5N1 [que causa la gripe aviar] en los últimos años, que ambos son amenazas para la gente. Fíjese en el H5N1: ha demostrado que tiene una capacidad letal del 50%, es decir, que la mitad de las personas que se infectan, mueren. Y el SARS se expandió rápidamente por el mundo y causó un enorme miedo, angustia, y también unos daños económicos muy importantes. Por eso digo que cada nueva enfermedad debe ser tratada con energía y que nunca debemos darle cancha. Porque es verdad que en este momento, este virus está siendo leve en la mayoría de los países, pero todavía no hemos visto todo el espectro de la enfermedad. Cuando sólo tenemos unos pocos casos, no podemos decir qué dirección va a tomar.

P. ¿Ni aventurarse a predecirlo?

R. Ahora que ya estamos viendo un número de casos en México y en Estados Unidos, estamos enfrentándonos a muchos leves, algunos graves e incluso a unas cuantas muertes. Estamos en una fase muy temprana de esta nueva enfermedad, y por eso lo que digo es que nuestra obligación es mantener la atención, no perderle ojo y no dejar que se nos escape nada. Si tomamos la pandemia de 1918, empezó también como una enfermedad muy leve, y tuvo un periodo de calma en el que parecía que se había retirado. Pero volvió y causó millones de muertos y enfermos. Y esto es algo que quiero destacar: los virus de la gripe son muy impredecibles, muy tramposos. No debemos confiarnos. En los últimos años hemos hecho mucha preparación. Estamos a kilómetros a distancia de los que estábamos hace cinco años, pero también nos falta un gran trecho por recorrer.

P. Parece que la situación en los últimos días se ha estabilizado. Sigue el goteo de nuevos casos y nuevos países, pero dentro de las pautas que parecían preestablecidas. Todavía no han detectado apenas casos en los países del sur, quitando los cuatro de Nueva Zelanda. ¿A qué se debe?

R. Nadie tiene la respuesta a esto, pero no es irracional decir que puede deberse a que el virus no haya llegado todavía a esos países o a que, si ha llegado, no se ha detectado. Pero no debemos olvidar que en los países del hemisferio Sur está entrando el invierno, y ésta es una estación en la que se producen picos de gripe estacional. Y tenemos que ser muy cuidadosos. Nadie puede predecir ni decir ahora qué va a pasar cuando los países del Sur tengan picos de gripe, y ésta nueva llegue -y lo va a hacer sin lugar a dudas-. Nadie lo sabe. Porque en el Norte hemos visto pocos casos, casos leves, pero no podemos cerrar nuestros ojos. El mundo está tan conectado que sabemos que va a pasar algo, pero no el qué.

P. Dice que va a llegar al Sur, pero hasta ahora, fuera de México, esta gripe se comporta, sobre todo, como una enfermedad de turistas. Fuera de México casi no hay transmisión entre personas.

R. Los tenemos en Estados Unidos y Canadá. Está el del chico español que se infectó porque su novia había viajado a México. Y también los hemos visto en Reino Unido y otros países donde ha habido contagios entre miembros de una misma familia o entre amigos. La gente ya está informando de que tienen los síntomas de la enfermedad aunque no hayan viajado a México. Es verdad que en un número pequeño, pero por eso digo que todavía no hemos visto toda la situación ni tenemos un cuadro completo de lo que está pasando. La situación está evolucionando y el virus está cambiando.

P. Usted que ha sido la máxima responsable del Departamento de Salud de Hong Kong, ¿cree que la actuación de las autoridades decretando la cuarentena para todos los inquilinos de un hotel porque hay un caso de la nueva gripe es proporcionada?

R. Cada país es un caso y toma sus propias decisiones. También en el caso de Nueva Zelanda se puso en cuarentena a los acompañantes de las personas que han resultado infectadas. Hong Kong es una comunidad que tiene una elevadísima densidad de población, y es un nudo internacional de las comunicaciones. Si a estas personas que han estado en contacto con ese hombre que estaba infectado se las deja viajar sin más, y todo va bien, nadie va a protestar. Pero si sucede algo, la gente va a empezar a criticar a las autoridades y a decir que Hong Kong no ha hecho lo que tenía que hacer. A menudo es muy fácil para la gente criticar que se ha actuado demasiado pronto, demasiado tarde, que se ha sido muy estricto o se ha sido muy laxo. Pero tenemos que entender la presión que sufre cada país, cada autoridad sanitaria, y yo creo que Hong Kong ha actuado de una manera rápida y adecuada a las características de la ciudad.

P. ¿No les habrán pesado demasiado las críticas recibidas cuando usted estaba ahí y se les acusó de ocultar los casos de SARS?

R. Las personas que estaban ahí cuando el SARS son extremadamente conscientes y cautas. Canadá, que también fue afectada, actuó muy deprisa. También lo fue Hong Kong, y el resultado es que están mucho mejor preparados y son mucho más diligentes a la hora de informar a la OMS de sus posibles casos. Hemos aprendido que lo mejor es la transparencia.

P. ¿Cree que hubieran sido menos criticados si no hubieran pasado tan rápidamente del nivel de alerta 3 al 5? ¿No ha podido eso enviar un mensaje muy catastrofista?

R. En este momento, estamos todavía en fase 5. Y mucha gente tiene muchas ideas equivocadas acerca de lo que significará el nivel 6, cuando se decrete. Muchos creen que entonces habrá muchísimos enfermos y que todos morirán, y que todos los países estarán afectados. Y eso no es así, porque la característica de esta enfermedad es que va por oleadas. La fase 6 no quiere decir que todos los países se afectarán a la vez, ni que todas las personas enfermarán y morirán. Ni siquiera en los países que tengan brotes todas las personas se infectarán. Así que no debemos transmitir mensajes erróneos que causen miedo, preocupación o ansiedad. No debemos interferir de manera innecesaria en la vida de la gente.

P. ¿Cuál será la diferencia de la fase 6 con la actual?

R. El estado pandémico es una advertencia, una señal a todas las autoridades sanitarias del mundo para que inicien actuaciones, aumenten la vigilancia y tomen medidas para proteger a su población. El nivel 6 no quiere decir, en absoluto, que nos acercamos al fin del mundo. Es importante aclarar esto, porque si no, cuando anunciemos el nivel 6, causaremos un pánico innecesario.

P. ¿Cuál es el término medio?

R. Eso no quiere decir que no nos lo tomemos en serio. Está bien que la gente se ponga nerviosa y se preocupe, porque cuando se ponen nerviosos y se preocupan, se cuidan más.

P. Hablando de mensajes alarmistas, ¿qué le parece el anuncio del Centro de Control de Enfermedades de la UE de que un 40% de la población se infectará por el virus?

R. En la OMS no estamos para hacer adivinaciones. Después de 30 años tengo alguna experiencia con virus emergentes y le puedo decir que cada uno es diferente. Es demasiado pronto para hacer predicciones.

P. ¿Le preocupa que el virus haya llegado al sureste asiático y pueda recombinarse con otros, como el de la gripe aviar?

R. Desde luego. Los virus de la gripe son promiscuos, y cualquier oportunidad que tengan para mezclarse con otros e intercambiar genes, la aprovecharán. Por eso estamos tan pendientes del sureste asiático y del hemisferio Sur en general. No hay que darle al H1N1 la oportunidad de mezclarse con otros virus. Por eso estamos en alerta.

P. Se compara siempre esta posible pandemia con las anteriores. Después de lo que me ha dicho, ¿tiene sentido?

R. La última pandemia ocurrió hace 40 años. Entonces no teníamos tanta población mayor, ni VIH, ni tanta diabetes, hipertensión o cáncer. Hasta ahora, el virus está resultando suave, pero hay que tener cuidado por si se llega a poblaciones con las características que acabo de mencionar. Ahora hay más tuberculosis, más malaria. No sabemos qué puede resultar de su combinación con esas enfermedades. Y eso no afecta sólo a los países africanos. En el Norte también hay diabetes e hipertensión. Es una enfermedad nueva que merece toda nuestra atención.

P. ¿Hay otros grupos que sean claramente de riesgo?

R. En este caso estamos viendo muchos adultos jóvenes infectados, cuando lo normal es que la gripe infecte a mayores y niños. Por eso tenemos que vigilar. Es un modelo parecido al de la gripe de 1918, que empezó por jóvenes. Lo que no sabemos es si va a cambiar. Puede que en un mes este virus desaparezca, puede que se quede como está o puede que se agrave.

P ¿Cuál de las tres posibilidades le parece más posible?

R. Ya le he dicho que no hago predicciones.

P. Por último, usted tiene a su familia en Hong Kong. ¿Les ha aconsejado que se queden en casa o usen mascarillas?

R. Con mi marido y mi hijo no hablo de esto. Hay que ser coherente. Si quieren saber lo que tienen que hacer, pueden ver lo que digo en los medios de comunicación o consultar la página de la OMS en Internet.

Margaret Chan, directora general de la OMS, en una rueda de prensa reciente.
Margaret Chan, directora general de la OMS, en una rueda de prensa reciente.AP

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