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Baja masiva entre el coro de la Ópera de Colonia por un montaje brutal

Las bajas por enfermedad en la Ópera de Colonia se han disparado estos días en protesta por la brutal puesta en escena de la ópera Sansón y Dalila. La repugnancia por las escenas de violencia cruda y de violaciones en masa salidas del capricho del director Tilman Knabe provocó que ayer no aparecieran por el teatro nada menos que 28 de los 64 miembros del coro. También la mezzosoprano israelí Dalia Schaechter, a quien Knabe ofreció el papel de Dalila, ha renunciado a participar. Dimitieron, además, el barítono bajo Samuel Youn y el bajo Ulrich Hielscher.

El portavoz de la Ópera de Colonia, Johannes Wunderlich, defendía ayer la puesta en escena y se sorprendía de los escrúpulos de los cantantes. Aludió Wunderlich a una obra de teatro en la que "arrojan incluso excrementos" y apuntó que, hasta el estreno en mayo, el elenco trabaja "en seco", es decir, sin sangre artificial.

Sansón y Dalila es una célebre ópera de Camille Saint-Saëns que se estrenó en 1877. Se basa en el conocido relato bíblico sobre el juez hebreo Sansón que, enamorado de la filistea Dalila, pierde su enorme fuerza cuando ella le corta el pelo a traición. La considerable violencia del propio relato, en el que Sansón, cegado y humillado, muere matando a 3.000 filisteos, no satisface al escenógrafo Knabe, que optó por trasladar la historia al Oriente Próximo actual. Una ocurrencia manida y un poco obvia, puesto que el Sansón del Antiguo Testamento conoce a Dalila en Gaza.

Sangre a borbotones

Knabe quiere poner en escena batallas con armas de fuego automáticas y una violación en masa. La sangre correrá a borbotones en el estreno, el próximo 2 de mayo. Eso, si se llega a estrenar.

El coro es crucial en esta ópera, concebida en su origen como un oratorio. De momento, está fuera de combate debido a las cuantiosas bajas. 21 de ellas están justificadas con informes médicos que les eximen completamente de participar en la obra. Al parecer, algunos coristas que sufrieron las guerras balcánicas tienen graves problemas con las escenas de batallas.

El director de la orquesta, Enrico Delamboye, dudó sobre la conveniencia de proseguir con el estreno, cuya calidad artística está en entredicho tras la pérdida de tantos cantantes. Aceptó proseguir tras "una larga conversación" con los responsables de la Ópera de Colonia, que tiemblan por las enormes pérdidas económicas que provocaría la cancelación del proyecto.

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