El dinero vuelve a la renta variable
Las primeras decisiones de la reunión del G-20, con un billón de dólares, casi 750.000 millones de euros, que se aportarán para recuperar el crecimiento mundial y el compromiso de un nuevo sistema de regulación internacional, han dado alas a los mercados de valores de todo el mundo.
El BCE, en un alarde de ponderación, rebajó los tipos de interés sólo en un cuarto de punto, hasta el 1,25%, aunque sin descartar nuevos recortes en el futuro y tras anunciar la posible adopción de medidas "no convencionales" para tratar de superar la crisis.
La tarde discurrió en los mercados de valores con la sensación de haber dejado atrás todo lo peor, aunque la experiencia más reciente demuestra que las medidas suelen tardar en llegar y que sus efectos pueden ser muy lentos.
El Ibex 35 subió el 4,69% -la segunda mayor subida de este año-, para situarse en 8.334,70 puntos, lo que supone dejar atrás alguna resistencia que hace tan sólo una semana parecía casi imposible de superar. El índice Ibex de los valores medianos ganó el 3,85% y el de los pequeños el 1,36%, pero esas diferencias carecían de importancia en un contexto que rebosaba optimismo.
La mayor diferencia de esta sesión con las de las semanas anteriores estuvo en el volumen negociado en el Mercado Continuo, que saltó por encima de los 4.000 millones de euros. Las operaciones del "mercado abierto", que son las que realmente indican el esfuerzo inversor, ascendieron a 3.253,67 millones de euros, cerca del doble de lo que se negoció el pasado martes.
Esta entrada de dinero al mercado es la primera señal de un posible cambio de tendencia en la Bolsa española, sobre todo porque fue acompañada de un importante movimiento vendedor en los mercados de deuda, lo que provocó una fuerte subida de las rentabilidades de los bonos europeos.
Los inversores esperaban una señal para tomar posiciones en renta variable, y parece que la firme decisión del G-20 de actuar con todos los medios posibles para que la economía mundial recupere actividad concede un margen suficiente a sus pretensiones.
Aun así, los analistas insisten en que el camino de la recuperación de las cotizaciones va a ser tan complicado como el de las propias empresas, lo que pone un razonable punto de incertidumbre en cuanto al futuro inmediato.
