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Un suicida mata a 37 personas en una mezquita de Pakistán

El templo se derrumbó sobre 300 fieles que asistían al rezo del viernes

Ángeles Espinosa

Un terrorista suicida mató ayer a 37 personas al hacerse estallar en una mezquita del noroeste de Pakistán. Las dos plantas del edificio se derrumbaron sobre los 300 fieles que asistían a la plegaria del viernes. Más de la mitad resultaron heridos de distinta gravedad. El objetivo elegido, en un cruce de carreteras del paso de Khyber, evidencia la falta de control del Gobierno central sobre las zonas tribales colindantes con la frontera afgana y envía un mensaje de desafío a EE UU que intenta acabar con la insurgencia talibán en esas regiones a base de misiles.

No parece coincidencia que el atentado, el más sangriento que sufre el país en lo que va de año, se produjera apenas unas horas antes de que el presidente norteamericano, Barack Obama, desvelara su nueva estrategia contra Al Qaeda y los talibanes que operan en Afganistán y Pakistán. El aumento de la violencia en este país plantea serias dudas sobre la capacidad de su débil Gobierno civil para enfrentarse a la amenaza terrorista como le exigen sus aliados occidentales.

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Las imágenes de televisión mostraron a vecinos y policías quitando escombros con las manos para tratar de rescatar a las decenas de atrapados. Una vez desenterrados, los colocaban sobre mantas y los trasladaban al primer vehículo disponible ante las miradas angustiadas de los familiares, que se congregaron al oír la explosión. A la entrada del recinto, los zapatos que los fieles se habían quitado para rezar daban idea de la tragedia.

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Aunque anoche ningún grupo se había responsabilizado del atentado, todos los dedos apuntaban a los talibanes paquistaníes, nacidos tras la intervención estadounidense en Afganistán en 2001. El máximo responsable del Gobierno en la región tribal de Khyber, Tariq Hayat, atribuyó el ataque a una venganza de esos milicianos por la reciente ofensiva que el Ejército paquistaní llevó a cabo en la zona para proteger el paso de los convoyes de abastecimiento de las tropas estadounidenses y de la OTAN estacionadas en Afganistán.

La mezquita era muy popular entre los miembros de la policía y fuerzas paramilitares que se encargan de la seguridad en el paso de Khyber. Al menos 14 de ellos perecieron en el atentado, según Hayat. Al final del día, el mismo responsable redujo a 37 la cifra total de muertos que horas antes estableció en 48. Los ataques de los radicales islámicos se han cobrado cerca de 1.600 vidas en Pakistán desde julio de 2007, cuando el Ejército asaltó la Mezquita Roja de Islamabad.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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