Los mercados se vuelven optimistas
La economía de Estados Unidos ofreció ayer un par de datos esperanzadores que han servido para caldear un poco más los mercados de valores.
Los pedidos de bienes duraderos y la venta de viviendas nuevas crecieron en febrero, superando todas las expectativas, aunque los datos interanuales confirman el bajo nivel de la actividad. Los pedidos de bienes duraderos subieron el 3,4% y la tasa interanual bajó el 28,4%, mientras que la venta de viviendas creció el 4,7% con un descenso del 41,1% en los últimos 12 meses.
Estos datos permitieron a la Bolsa de Nueva York recuperar energías, situación que se contagió con facilidad a los mercados europeos, con la excepción de la Bolsa de Londres.
El Ibex 35 pudo, gracias al empuje ajeno, superar el nivel de los 8.000 puntos, para cerrar en 8.072,40, con una subida del 1,04%. El nivel máximo del día alcanzó los 8.121,70 puntos, lo que suponía una ganancia acumulada del 21,17% desde el mínimo de 6.702,60 puntos del pasado día 9 de marzo.
La consolidación de ganancias tras 12 sesiones consecutivas de subidas ha cambiado ligeramente el discurso de algunos analistas, que ya consideran que el mercado tocó fondo con aquellos 6.700 puntos y que ahora lo que hay por delante es una fase de recuperación, no exenta de altibajos, que puede durar una buena temporada.
Esta forma de ver las cosas no está muy extendida en el mercado y no es compartida por muchos inversores, a juzgar por los volúmenes negociados cada día en el Mercado Continuo.
En esta última sesión se movieron en la Bolsa española 2.645,67 millones de euros, de los que tan sólo 2.144,68 millones procedían de las operaciones del "mercado abierto", que es el que marca los precios y fija la tendencia de la sesión.
Los analistas insisten en que faltan "inversores finales", aquellos que mantienen las posiciones durante un espacio de tiempo razonable, y que sobran operadores a corto plazo, pero sin estos últimos los volúmenes negociados cada día habrían sido menores.
Aunque la Bolsa suele mostrar una gran capacidad de anticipación, la mayoría de los inversores considera prematura esta subida, sobre todo porque el deterioro de la economía aún no ha tocado fondo.
