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Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

De religión laica

En medio de una polémica confusa, y siendo el blanco señalado de la política cultural, Nacho Duato sigue haciendo lo que mejor sabe, estrenando en Madrid dos piezas que, con sus altos y sus bajos, son la evidencia de su sofisticado lenguaje, siempre marcado por la musicalidad, la poesía de los cuerpos y un modo de decir reconocido y reconocible que es su gran patrimonio como creador. O domina nostra tiene ecos de la ya lejana pero todavía vigente Sinfonía de los salmos, de su maestro Jiri Kylián, en tanto que trata un tema profundamente religioso desde una posición laica, pero respetuosa y emocionada.

La partitura de Gorecki, con aires de letanía minimalista, se inspira, más que en la todopoderosa figura religiosa de la Virgen, en una particular: la Virgen Negra que en Polonia es venerada por obreros. Todas las sugerencias que se desprenden de este ritual de admiración son recogidas por el coreógrafo valenciano con verdadero tacto.

COBALTO / O DOMINA NOSTRA

de Nacho Duato.

Teatro de la Zarzuela, Madrid.

Hasta al 29 de marzo.

DE PASO

de Giano Doda.

Teatro de la Zarzuela, Madrid.

Hasta al 29 de marzo.

Nacho Duato ha sido más sensual que sexual en su trayectoria

Una bailarina rodeada de 10 hombres puebla esta obra que se sirve de la solemnidad de Gorecki para articular una cadena de imágenes por las que transitan, en referencias sutiles, iconos católicos como la Piedad, la crucifixión, la imagen venerada o la cruz en la iglesia. Pero la Virgen de Duato, con enorme falda gitana, no es de altares sino terrenal y sus adoradores no son beatas sino hombres rudos. Por este camino, que no le impide ser poético y delicado, conecta más con la sinceridad terrenal de Pasolini y el Neorrealismo que con elucubraciones y exaltaciones en terrenos religiosos.

Aunque parece ubicada en el extremo opuesto, Cobalto, el estreno mundial de la noche, también va de interioridades, pero cierta timidez y recato hacen poco excitante esta representación onírica del erotismo, que parece una masturbación de adolescente escondido más que reflexión auténtica y profunda sobre sexualidad. Duato ha sido, en su trayectoria, más sensual que sexual y su nueva pieza, incursión furtiva en terrenos ajenos, no es del todo feliz a pesar de algunos momentos de gran belleza y la entrega absoluta de los fantásticos bailarines de la Compañía Nacional de Danza.

Justamente para uno de ellos la noche fue aún más especial. Gentian Doda debutaba como coreógrafo de la CND con su pieza De paso. Lo primero que hay que agradecer es el alejamiento de la estética de su maestro Duato, aventurándose en una investigación de movimiento propia con eficaces resultados. De paso habla de identidad y libertad, colocando sobre la escena un homogéneo grupo social que, como buenos urbanitas, se ignoran los unos a los otros, lo que otorga libertad de acción a los que quieran tomarla. La propuesta, envuelta en esa semipenumbra inquietante y con ese incesante deambular de bailarines, tiene rigor, inteligencia, personalidad y sensibilidad, lo cual no es poco en un coreógrafo emergente.

Un momento de la pieza  <i>Cobalto,</i> dirigida por Nacho Duato.
Un momento de la pieza Cobalto, dirigida por Nacho Duato.EFE
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