El tripartito asume que no puede nombrar por ahora a Martínez Madero
El desarrollo de la Ley de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) está embarrancado y sin visos de avanzar. Y eso desespera al Gobierno. La ley se aprobó hace cuatro meses en el Parlament gracias al apoyo de los grupos del tripartito de izquierdas, pero el proceso de nombramiento del director de la OAC está enquistado. El motivo es que el candidato propuesto por el Gobierno, el fiscal anticorrupción David Martínez Madero debe recibir el respaldo de tres quintas partes del Parlament, y ahora no es así porque ni CiU ni PP apoyan su nombramiento a pesar de considerarlo "idóneo para el puesto". Desde el martes pasado la situación no se ha movido.
Tanto es así que la anunciada presión del PSC para poner el nombramiento del director de la OAC en el orden del día del próximo pleno quedó en nada. En la junta de portavoces que se celebró ayer, el socialista Miquel Iceta hizo sólo una pequeña reflexión sobre la "anomalía institucional" que supone que no se confirme a un candidato bien valorado por unanimidad. Nadie dijo nada, ni a favor ni en contra.
Esquerra no quiere hacer demasiado ruido con esta cuestión. La negociación la lidera por parte del Gobierno catalán el consejero de Gobernación, Jordi Ausàs (ERC), que "está haciendo su trabajo", según fuentes parlamentarias.
Pero ni CiU ni Partido Popular están por la labor. Además, nacionalistas y populares aseguran que no han recibido contacto alguno desde el Gobierno sobre esta cuestión desde la semana pasada. Ninguno de los dos grupos deja ver cuáles son sus peticiones para poder pactar con el tripartito. Se escudan en que no votaron la ley. Quizá habría acercamiento si el tripartito retirara la enmienda a la ley de la OAC que permite al Gobierno participar en las investigaciones aunque el investigado sea el propio Ejecutivo.
