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Elecciones 1-M

Coincidencia mínima

Sea casualidad o no, los dos partidos que se disputan el liderazgo del nuevo Gobierno, el PNV y el PSE, coinciden en sus programas en anunciar que llamarán al resto de los partidos para abordar la renovación del autogobierno y en fijar en cinco los puntos básicos que proponen como punto de partida. No obstante, la concordancia termina en la intención y en el número. En su compromiso de abordar la reforma del Estatuto, "si existe consenso", los socialistas no precisan los contenidos de la actualización, más allá de la intención de "zanjar de forma definitiva los desacuerdos sobre competencias" y de introducir la capacidad de convocar consultas a la ciudadanía "en aquellas materias que sean de nuestra competencia".

La propuesta del PNV lima algunas aristas de anteriores formulaciones y elimina la referencia a la consulta en la legislatura. Mantiene, sin embargo, la tendencia iniciada desde el Pacto de Lizarra de llevar al programa de gobierno casi el horizonte ideológico máximo del partido. Y conserva el cuerpo doctrinal construido a partir de entonces con una formulación algo más abierta y la incorporación del concepto de Concierto Político apadrinado por Iñigo Urkullu.

El Nuevo Pacto Político propuesto para "solucionar definitivamente el conflicto vasco" se basa en el reconocimiento del "derecho a decidir" entendido como de autodeterminación, acompañado del "autogobierno pleno" y un "sistema bilateral de garantías" con el Estado que lo preserve. Las disposiciones adicionales serían, según el PNV, los resortes para posibilitar un marco que guarda muchas similitudes con el definido en el Nuevo Estatuto Político de Ibarretxe.

Desde el otro extremo, el PP rechaza el "permanente" estiramiento del Estatuto por el nacionalismo y propugna "una mejor autonomía" frente a la ampliación sin fin de la misma. En esta misma tesitura, UPyD llega incluso a exponer incluso la posibilidad de "una reducción de competencias" en favor del Estado o los ayuntamientos.

El programa de EA aboga por la "superación del autonomismo" y la consecución del reconocimiento del derecho de autodeterminación, que comenzaría a ejercerse con una "Declaración de Soberanía" suscrita por los partidos vascos. Más pragmático, Aralar se compromete seguir trabajando en el Parlamento por el "derecho a la decisión", mientras EB ofrece su "federalismo de libre adhesión" previa apertura de un proceso de "radical reforma" de la Constitución.

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