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Una familia con cinco hijos pide ayuda para no quedarse en la calle

La crisis dispara un 20% el número de desahucios por impago de alquiler

Fernando J. Pérez

"Entiendo que no somos los únicos y que hay 50.000 casos como el nuestro, pero necesitamos ayuda". Javier Ramírez, de 47 años y flaco como un silbido, está desesperado. El 12 de marzo, deberá dejar la casa mata en la que vive con su mujer, Silvia Xisto, de 32 años, y los cinco hijos de la pareja en la barriada malagueña de Huelin. Ramírez, oficial de panadería, se quedó sin trabajo "hace año y pico", después de que una tendinosis le dejara medio muerta la mano derecha. Desde agosto de 2008 no pueden pagar los 500 euros del alquiler de la vivienda, que comparten con una perra preñada, dos tortugas y un canario, y ya han recibido la orden de desahucio.

Como ellos, otros 224 malagueños han recibido una demanda de desahucio por impago de alquiler, un 20% más que en el mismo periodo de 2008, según fuentes judiciales. En 2007 se interpusieron 1.113 demandas.

Los padres temen perder la tutela de los menores si no hallan otro techo

"Mi hermano nos ha prestado algo de dinero y en la tienda debemos un pico", asegura el padre. Desde que se acabó la prestación por desempleo, Javier y Silvia sobreviven con una ayuda de 425 euros, que estiran lo suficiente para alimentar y vestir a Leonardo (13 años), Mónica (9), Enrique (7), Silvia (6) y Desirée, de dos años. La pequeña ingresó ayer en un hospital malagueño para una pequeña cirugía cardíaca. Los padres procuran mantener a los menores ajenos al grave problema económico que atraviesan. "El mayor ya se entera un poco de lo que está pasando, y los otros se extrañan que siendo yo panadero esté por las noches en casa", dice el padre. Los críos, alegres pero formales, acuden al colegio del barrio y son "buenos estudiantes", según sus padres.

La vivienda que deberán abandonar en marzo consta de un salón-cocina en la planta baja. Una peligrosa escalera metálica de caracol conduce a la primera planta, donde los padres y los niños comparten dos habitaciones y un baño. En una pequeña despensa de la planta baja se apilan unas cajas de cartón con las posesiones de la familia. Están allí desde el 12 de febrero, cuando llegó la primera orden de lanzamiento (salida forzosa). "Ese día llevamos a los niños al colegio y volvimos para sacar las cosas, pero nos llamó el fiscal para decirnos que podíamos quedarnos un mes más", cuenta Silvia.

La familia ha pedido ayuda a los servicios sociales del Ayuntamiento de Málaga y a la Junta de Andalucía. En el consistorio les han prometido una "ayuda urgente", afirman. Los padres tienen miedo de perder la tutela de los niños si no encuentran un nuevo hogar. "Lo malo es que nadie quiere alquilar un piso si tienes cinco hijos, y si me lo alquilan ¿cómo mantengo una casa sin trabajo?", se lamenta Javier Ramírez.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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