La campaña
| ELECCIONES 2009
La reválida del bipartito depende de la participación. Más concretamente de que los votantes que en 2005 se movilizaron para apoyar al BNG y al PSdeG vuelvan a las urnas. La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecha pública ayer refleja que para el PP no es inalcanzable la mayoría absoluta, de la que apenas le separan dos o tres escaños.
Feijó009. "Sólo contra el partido", debió añadir la atrevida mercadotecnia de campaña del PP. Con la organización involucrada en mil tramas cruzadas de corrupción y espionaje que investigan ya los juzgados y amenizan radios y televisiones, los estrategas se felicitan ahora por haber empequeñecido las siglas y ganado espacio para la foto de Alberto Núñez Feijóo.
El margen se estrecha. Desde que la crisis comenzó a mostrar su peor cara, allá por el mes de septiembre, los socialistas gallegos han ido viendo cómo la cómoda ventaja que las encuestas otorgaban al bipartito se iba recortando cada vez más.
En la sede del BNG no se llaman a engaño. Esta vez no existe un Prestige contra el que rebelarse ni una era como la de Fraga de la que sacudirse. Y si en 2005 el signo de la Xunta pendió de un escaño, cualquier pequeño detalle puede volver a ser decisivo. De ahí que la filosofía de la campaña que comenzó anoche se resuma en dos palabras: "Hay partido".
Enfrascados en la elaboración de un informe sobre cómo aplicar la Ley de la Memoria Histórica en A Coruña, los seis asesores designados por el alcalde, el socialista Javier Losada, ya se han puesto de acuerdo -por unanimidad y sin apenas discusión- en retirar las distinciones y honores concedidos por el Ayuntamiento a Franco y a 14 altos cargos de la dictadura.
El endémico abandono y falta de cuidados de la muralla de A Coruña, una fortificación medieval con sucesivos retoques entre los siglos XVI y XIX que rodea el casco histórico de la ciudad, toca a su fin. A requerimiento de la Dirección Xeral de Patrimonio, que instó a las autoridades coruñesas a limpiar la maleza y desperdicios que atacan este monumento.
Tras 20 años de gestiones y ayudas insuficientes, la Xunta y el Ayuntamiento de Culleredo acordaron ayer reconvertir la antigua fábrica de productos químicos Cross, al pie de la ría de O Burgo, en centro cultural con un coste de 11,7 millones.
Luces
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DANIEL SALGADO
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