_
_
_
_
_
Entrevista:DE PASEO CON.... Fernando Arikagoitia, 'Cibeles' | Fin de semana

Recuerdos de una vida yendo de Vitoria a la playa nudista

Pedro Gorospe

"La primera vez que monté en avión fue de Lisboa a París, en 1975. Me lo pagó la FAI", la Federación Anarquista Ibérica. Tenía entonces 27 años y dejaba atrás la Revolución de los claveles en la que participó como activista desde la Comuna de Lisboa. El próximo martes cumplirá 60 años, pero sigue amarrado a la revolución de la vida como si fuese el primer día. "¿Qué es eso de jubilarse de la vida?", pregunta. Fernando Arrikagoitia, Cibeles (Vitoria 1948), es un icono en la capital alavesa, pero sus historias van de comuna en comuna, desde Venecia hasta el Cabo Norte, cuando en España agonizaba el régimen de Franco.

Su barba, el pelo largo y las botas forman la imagen de la irreverencia, del ecologismo y del anarquismo como sintonía entre el individualismo y la socialización de la libertad, como equilibrio entre el ser humano y el medioambiente. Sin embargo, a la hora de elegir un paseo se queda con el que lleva desde Arroiabe hasta la playa nudista del pantano de Landa, en Vitoria. En los veinte minutos de camino, desde la casa del molinero de Arroiabe hasta la playa nudista reconvertida en parque botánico, el director de la Biblioteca Ecologista de Vitoria no tiene ni para empezar con sus andanzas. Habla hasta por los codos.

El director de la Biblioteca Ecologista dice desde 1976: "Mañana me voy"

Una vida como el camino, llena de piedras, "pero de la que no cambiaría nada". Y eso que su temprana afición a las travesuras le llevaron al hospicio cuando sólo tenía seis años. Allí hizo la comunión. A los siete ingresó en un correccional, donde permaneció hasta los 14, por romper la luna de una tienda para coger unas galletas. Así que nadie se extrañó cuando al acabar la mili en Candanchú, donde aprendió a esquiar, dijo que se volvía andando por el Pirineo hasta Vitoria. "Desistí, porque justo entonces ETA asesinó a Melitón Manzanas, su primera víctima, y pensé: 'Joder Cibeles, te cogen en el monte con el apellido que tienes y vas dao".

La playa naturista del pantano de Vitoria resulta un lugar acogedor y hermoso. El verde es abrumador y el agua acaricia el césped. Con la vista de la isla de Zuaza al fondo, explica cómo su vida está reñida con el concepto de estabilidad y con "eso tan normal que es planificar". En 1970, ya pasó algunos meses en Francia, pero en 1972 le dijo a su novia que se iba para dos meses y se tiró cinco años por Europa haciendo autoestop.

Cibeles cuenta con la misma pasión cómo se buscó la vida en Saint-Tropez que cuando invitaron a decenas de niños en 2006 a convertir la playa nudista en un parque botánico. "Cada uno de los árboles de diferentes especies ha sido plantado por diferentes niños. Es un recuerdo para toda la vida", explica.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El día del paseo llovía, estaba gris, y las nubes se enganchaban en los molinos de la sierra de Elguea como si quisieran pararlos. Sentado en un banco bajo un paraguas recordaba: "El primer día que llegué a Francfort era parecido". Aquella ciudad le marcó. Se quedó tres meses bebiendo de las fuentes del marxismo y del anarquismo antes de seguir saltando de ciudad en ciudad, de comuna en comuna. "El 20 de diciembre de 1973, un taxista me dijo en Oslo: 'Carrero Blanco, kaput'. Así me enteré del atentado", explica. Después fue Lovaina, donde se estrecharon sus lazos con la CNT y finalmente cuenta cómo en la Revolución de los Claveles, en Lisboa explosionaron sus ideales: "Desde que volví a Vitoria en 1976 llevo más de 30 años diciendo, mañana me voy otra vez". Pero echa un vistazo a la playa que creó en 1978 y dice: "Mañana vuelvo".

Fernando Arikagoitia, en Vitoria, antes de iniciar el paseo hacia la playa.
Fernando Arikagoitia, en Vitoria, antes de iniciar el paseo hacia la playa.P. J. P.

Guía para un plan

- Bar Otxanda. Es una buena opción para ir desayunado al exigente paseo que propone Cibeles, desde el pueblo de Arroyabe hasta la playa nudista. (Siervas de Jesús, 27; tlf. 945 279 697).

- Bar Sildavia. Su colección de pinchos en la barra son una tentación para el paseante, dice Cibeles. También se halla en la calle Siervas de Jesús.

- Bar Cuatro Azules. Sito en pleno Parque de la Florida, es el típico sitio para descansar y coger resuello, de vuelta de la playa naturista antes de ir a comer. (Tlf. 945 148 848).

- Restaurante Ourense. Se halla muy cerca de la Biblioteca Ecologista y es la propuesta de Cibeles para repostar después de una larga mañana de paseo. (Plazuela de la Fuente de los Patos, tlf. 945 144 093).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_