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Crítica:POR MENOS DE 30 EUROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sorpresas vegetales

José Carlos Capel

Poco a poco, Aranjuez se consolida como un enclave gastronómico. Además de Casa José, en progresión paulatina, que lleva tiempo rehabilitando la producción vegetal de la huerta renacentista del Picotajo, destaca la irrupción de Rodrigo de la Calle, discípulo de Berasategui, cuyo moderno restaurante en el centro del pueblo constituye una revelación para los aficionados. En la planta baja ofrece platos contemporáneos con especial incidencia en frutos y plantas de rango ecológico. Delicadezas vegetales insólitas procedentes del Huerto del Cura de Elche (gastrobotánica), como el caviar cítrico, las hierbas de hielo o las algas de tierra, que incorpora esporádicamente a sus platos, todos de sensatez garantizada.

Rodrigo de la Calle

Carretera de Andalucía, 85. Aranjuez (Madrid). Teléfono: 918 91 08 07. Precio: unos 30 euros por persona.

A la entrada dispone de un minúsculo gastrobar, con amplia selección de vinos, donde los clientes toman acomodo en las mesitas que circundan la barra. En su oferta figuran tapas y medias raciones concebidas para compartir, ideales para comer a precio controlado. Para empezar, croquetas de jamón, tortilla de bacalao, verduras salteadas, foie-gras de media cocción o lomitos de presa de cerdo ibérico. Y, por supuesto, arroces, cuya ciencia la ha aprendido de la mano del prestigioso Quique Dacosta, otro de sus mentores. Entre sus especialidades figuran el arroz abanda, de sepias, de colas de carabinero y de bogavante, plato que cuenta con no pocos seguidores. Cada día ofrece un guiso de cuchara (legumbres, patatas con carne) que parece el rancho cotidiano de la propia brigada.

Y como complemento, varios estofados clásicos -callos a la madrileña, carrillera en su jugo, rabo de toro...-, que para muchos justifican la visita. No faltan los mariscos (ostras, langostinos, berberechos), ni tampoco los asados a la brasa, parrilla de carbón en la que el joven patrón cocina tacos de bacalao, solomillos y presa de cerdo ibérico, además de chuletón gallego y hasta el pulpo, que acompaña de espuma de patata. De postre, brownie, quesos y helados.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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