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EXTRA PORTUGAL

Oporto, la nave que despega

A orillas del Duero (o Douro), la segunda ciudad de Portugal remoderniza a contrarreloj orgullosa de su pasado. Los portuenses saben que lo vintage está de moda y están decididos a explotarlo. Exaltan la decadencia mientras se enorgullecen de ser los más cosmopolitas del país. Prestigiosos arquitectos levantan edificios singulares que conviven con viejas fachadas y casas deterioradas. Oporto es una buena combinación y una escapada perfecta alentada por vuelos asequibles (desde Madrid, Girona y Valencia vuela a Oporto Ryanair; desde Barcelona, Clickair, y los vuelos de Iberia, Spanair y Tap suelen ser bastante económicos). Una ciudad en la que parece que todavía se escuche la música de Duke Ellington.

En la Avenida dos Aliados, el Paço do Consello simboliza el esplendor burgués de la belle époque. Eran tiempos de tertulias y grandes fiestas; de humo de las fábricas y olor a vino. Tiempos de esplendor del Majestic Café (Rua de Santa Catarina, 112), que todavía ahora funciona. Por eso, empezar el recorrido desayunando allí nos ayudará a entender la idiosincrasia de la ciudad. La Rua de Santa Catarina concentra la esencia de Oporto: la mezcla de lo nuevo y lo viejo. Combina las tiendas más modernas con recuerdos de lo que fue.

Por ahí pasa el viejo Eléctrico 22, uno de los tranvías que cruzan la ciudad, y que vale la pena utilizar. De Santa Catarina nos lleva a Carmo, zona de paseo, edificios históricos y pequeños comercios. Allí se encuentra la joya mejor guardada por los portuenses: la centenaria Librería Lello (Rua das Carmelitas, 144). Todos sus estantes, de madera trabajada, son presididos por una elegante escalera roja de formas onduladas que parece sacada de un libro de Harry Potter (la autora de la saga vivió en Oporto y compraba libros aquí). A dos pasos encontramos la Iglesia y Torre de los Clérigos. Si subimos sus 225 escalones podremos divisar hasta el Atlántico.

Puente de Dom Luis I

Vale la pena entrar en la estación de San Bento. En el vestíbulo, unos imponentes mosaicos recuerdan la historia del país, mientras que modernos trenes llegan y parten a Braga, Aveiro o Guimãraes. No hay que perderse la cercana Praça da Batalha y su iglesia de los 11.000 azulejos, la de San Ildefonso.

El centro histórico, presidido por la Sé, o catedral, se levanta en uno de los múltiples montes de Oporto. Lo mejor es la vista que se tiene desde allí, dominada por los colores marinos de los azulejos y las gastadas tejas rojizas. La catedral es sencilla, con vocación marinera, muy acorde con el entorno. Nos recuerda que siempre ha sido una ciudad de río y de mar. Al lado se encuentra el imponente Paço Episcopal, que se ve desde toda la ribera. Aunque el símbolo incuestionable de la ciudad es el cercano puente de acero Dom Luis I. Proyectado en 1886 por Théophile Seyrig, discípulo de Gustav Eiffel (que también diseñó un puente en Oporto, el Ponte María Pía), une la ciudad con Vila Nova de Gaia.

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Cruzado el Duero nos encontramos con Sanderman, Offley o Cálem, algunas de las históricas bodegas que producen el dulce vino de Oporto. Es interesante entrar en alguna de ellas (organizan visitas) y Croft (croftport.com) es una buena opción. Producido en el Valle del Duero, el vino bajaba a Vila Nova de Gaia en barcos para que en las bodegas se pudiera interrumpir la primera fermentación introduciéndole aguardiente. Sube así la graduación y se mantiene la dulzura del vino.

Las barcas ahora han dado paso a los camiones, aunque algunas siguen amarradas en el margen del río para ser fotografiadas. Podemos completar nuestro paseo por la otra orilla tomando un refresco en el moderno bar Ardeiro, en primera línea de río, o comiendo arroz de marisco y natas do céu en Douro Velho (Avenida de Diogo Leite, 302). Desde allí salen los barcos turísticos que recorren el Duero.

Como un eje que une los principales exponentes de las nuevas tendencias arquitectónicas, la Avenida da Boavista se ha convertido en un gran escaparate para los amantes de la arquitectura contemporánea. Quizás la mejor muestra de este paso adelante sea la poliédrica Casa da Música (casadamusica.pt), obra de Rem Koolhaas. Su fachada impresiona pero su interior deslumbra.

La huella de Álvaro Siza

Cerca, el museo de arte contemporáneo Fundaçâo Serralves (serralves.pt) no sólo nos descubre la arquitectura del portuense Álvaro Siza, sino que también reúne una importante colección de arte contemporáneo. También queda cerca el Pavilhão da Água, en el gigante Parque da Cidade: un paseomuy recomendable. Al final de la avenida, el Forte de São Francisco Xavier y su playa nos permiten disfrutar el océano Atlántico y de una visión distinta de la ciudad.

Uno no puede irse de Oporto sin haber comido sopa de marisco o un plato de bacalao. En Ribeira hay tantas opciones como restaurantes. Chez Lapin (Rua dos Canasteiros, 40) es uno de los más tradicionales y con buena relación entre la calidad y el precio. Aunque su especialidad es el conejo, podemos degustar casi todos los platos típicos de la cocina portuguesa. Para los que no quieran gastar tanto, se comen buenas francesinhas (un emparedado cubierto de queso fundido y bañado con salsa) en Uma Velha Tinha Um Gato (Praça da Ribeira, 20-A), una antigua cestería reconvertida en bar.

Para disfrutar de la noche, la Galeria de Paris es una buena opción. Se trata de una calle estrecha y escondida pero que siempre está llena de jóvenes que pasan allí sus fines de semana de fiesta. En el número 56, el bar Galeria de Paris suministra mojitos y cervezas a buen precio. Detrás de la barra, una impresionante vitrina expone cientos de objetos antiguos: radios, juegos de mesa, lámparas, máquinas de escribir. El reflejo de lo que es Oporto: la modernidad que no olvida su pasado; la decadencia hecha belleza.

Más propuestas e información práctica en la Guía de Portugal

GUÍA

Cómo ir

» Ryanair (www.ryanair.com) tiene vuelos de ida y vuelta a Oporto desde Madrid, Girona y Valencia, a partir de 42,02 euros, tasas y suplementos incluidos.

Visitas

» Fundación Serralves (www.serralves.pt; 0035 18 08 20 05 43), de martes a domingo, de 10.00 a 19.00. Entrada, 5 euros.

» Casa da Música (www.casadamusica.org; 0035 12 20 12 02 20). Boavista. De lunes a sábado, de 10.00 a 19.00. Domingos, hasta las 18.00.

Información

» www.porturismo.pt.

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