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Los desafíos de México

Cuba y México firman un pacto migratorio tras años de tirantez

El ministro de Asuntos Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque, llegó el pasado domingo a México con un objetivo: sacar del congelador las relaciones entre los dos países, que habían sido buenas hasta la crisis de 2004. Aquel año, el Gobierno de Vicente Fox expulsó al embajador cubano, Jorge Bolaños, acusado de un supuesto caso de espionaje que nunca ha sido aclarado.

Pérez Roque reconoció durante la visita que "las relaciones llegaron a estar totalmente paralizadas y al borde incluso de la ruptura". Tras cuatro días en México, se puede decir que el canciller logró su objetivo. La prueba principal ha sido la firma de un acuerdo de entendimiento en materia de inmigración. A partir de ahora, Cuba se compromete a aceptar la repatriación de la mayoría de los indocumentados cubanos que desembarcan en la costa de México en su ruta hacia Estados Unidos.

Hasta ahora, cuando México detenía a un grupo de inmigrantes ilegales, lo único que podía hacer era identificarlos y ponerlos en libertad poco después ante la imposibilidad de enviarlos de regreso a la isla. De hecho, los responsables de migración calculaban que más de 2.000 cubanos habían conseguido arribar a Estados Unidos utilizando la vía mexicana.

Invitación de La Habana

La visita de Pérez Roque ha sido aprovechada para emitir un comunicado conjunto en el que ambos países critican la política migratoria del Gobierno de George W. Bush en Estados Unidos. "Su política estimula la migración ilegal y el tráfico ilícito de personas y dificulta los esfuerzos para combatir eficazmente a las organizaciones criminales que se lucran con estos ilícitos", reza la nota.

Los traficantes de hombres, aquí conocidos como polleros, cobran entre 10.000 y 12.000 dólares (entre 7.800 y 9.400 euros) por llevar a un cubano a la frontera con Estados Unidos. Una vez dentro del territorio, y en virtud de la Ley de Ajuste también conocida como ley de pies secos, los cubanos solicitan asilo y les es concedido.

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Tras la firma del acuerdo, el canciller Felipe Pérez Roque declaró: "En este momento enrumbamos en un camino de plena normalidad y creciente desarrollo de la relación entre ambos países. México siempre podrá contar con Cuba". El jefe de la diplomacia cubana se reunió con el presidente mexicano, Felipe Calderón. El mandatario es del mismo partido de Vicente Fox, pero las relaciones han dado un giro espectacular: Calderón fue invitado oficialmente a visitar Cuba el próximo año.

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