Juan Carlos Moretti, actor y director uruguayo

El Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz, que se celebra del 14 al 25 de octubre, ha rendido homenaje póstumo al actor y director uruguayo Juan Carlos Moretti, fallecido la madrugada del miércoles en Montevideo, su ciudad natal, a los 67 años. Moretti tenía previsto participar en esta edición del FIT, la 23ª, como había hecho en años anteriores, como componente del grupo Montevideo Teatro. Iba a actuar en el montaje Las apariencias engañan, de Thomas Bernhard, pero la enfermedad que venía padeciendo se lo impidió.

La brillante carrera de Moretti estuvo estrechamente ligada a la institución teatral uruguaya El Galpón, de la que fue integrante activo desde 1968. En 1977 comenzó su actividad como director de escena, siendo reconocido a lo largo de su trayectoria con numerosos galardones. En 2000 ganó el Premio Morosoli de Plata por su aporte cultural al país, otorgado por la Fundación Lolita Rubial.

Los orígenes de El Galpón se remontan a los años cuarenta, en un Uruguay culto y europeo que era visto como un caso excepcional dentro del continente. El público montevideano quería ver teatro de calidad y los propios artistas pretendían ser dueños de los medios de producción e independizarse de los empresarios o de cualquier otro factor que les impidiera hacer el teatro que querían. Su repertorio fue dando cabida a las expresiones de la dramaturgia universal, latinoamericana y nacional. Y la apertura de su teatro a otras disciplinas (literatura, plástica, música, danza) hizo de El Galpón un lugar de confluencia de amplios sectores de la cultura.

El 7 de mayo de 1976, la dictadura ilegalizó la institución teatral, disolvió su elenco, confiscó sus bienes y prohibió toda actividad cultural a sus integrantes. La persecución policial les llevó a tomar el camino del asilo en México, donde El Galpón pudo reiniciar su actividad. En 1985, el Gobierno democrático de Julio María Sanguinetti revocó las disposiciones que habían puesto fuera de la ley a El Galpón y le devolvió los bienes que le habían sido confiscados.

Tras la dictadura, Moretti siguió trabajando con El Galpón. Dirigió, por ejemplo, una de las obras estrella de la compañía, Cuento de hadas, que trataba sobre la cruel dictadura y que fue galardonada con varios premios Florencio y del Instituto Internacional de Teatro Uruguayo.

Recién comenzado el siglo XXI, en 2001, Moretti se trasladó a España, a Valladolid, donde trabajó con la compañía Azar Teatro. Dirigió los espectáculos Ñaque o de piojos y actores, El cruce sobre el Niágara y Delirios de mujer y, entre otras actividades, protagonizó La última noche de Giordano Bruno y Minetti. Tras su aventura española, regresó a su patria en 2007, dejando una huella profunda en los colegas que conocieron su inmenso talento y profunda calidad humana. "En estos momentos tristes no nos queda otro consuelo que recordar su figura y su profundo amor por el teatro", señala la compañía en su página web.