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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Nadia Nerina, bailarina

Fue la primera danzarina anglosajona que viajó a la URSS y tuvo la más depurada técnica de la escuela británica

La bailarina surafricana Nadia Nerina murió el pasado día 6 en su casa de Beaulieu-sur-Mer, a medio camino entre Montecarlo y Niza, a los 80 años. Había nacido el 21 de octubre de 1927 en Bloemfontein (Cap Town, Suráfrica) y se puede decir sin dudas que era una de las más brillantes bailarinas británicas de todos los tiempos y que tuvo una de las técnicas más depuradas. Su verdadero nombre era Nadia Judd y fue la primera bailarina anglosajona que viajó sola a la Unión Soviética en plena guerra fría.

En realidad, su debú escénico fue a los nueve años, cuando apareció en una versión local de la ópera Madame Butterfly como la criatura de Cio-Cio-San. La familia se trasladó en 1939 a Durban y la inscribieron en las clases de Eileen Keegan, que había estado en las filas de Anna Pavlova; en esa época también recibió clases de H. Grinter y Dorothea McNair, quien dijo que la muchachita tenía "las cualidades de una rusa con su salto prodigioso". Esto sería premonitorio: Nadia Nerina se hizo famosa, entre otras cosas, por su salto, la manera vital de hacer "bravura" y lo elegante de elevarse.

En 1945 llega a Londres enviada por su padre (su madre había muerto unos años antes), alertado por sus profesoras de su excepcional talento y es aceptada en la Rambert School; después del magisterio de Marie Rambert queda muy impresionada al ver Dark elegies de Tudor en el Lyric Theatre de Hammersmith. Entonces pasa enseguida a la Sadler's Wells Ballet School y en 1946 a la compañía homónima, bajo la dirección de Ninette de Valois, donde aparece brevemente bajo el nombre de Nadia Moore, coincidiendo con los también surafricanos John Cranko y Peggy van Praagh. Debuta en el Circus Dancer en la obra Mardi Gras de Andrée Howard, recibiendo ya la atención de críticos y público por su técnica, elegancia y maneras; es la época en que deslumbra al crítico Arnold Haskell y a la ex bailarina de Diaghilev, Lydia Lopokova, facilitando que llegue a manos de la maestra finlandesa Cleo Nordi (también procedente de las filas de Pavlova, primera ballerina que apareció en televisión y posteriormente maestra de Pina Bausch en Essen). Así llegó a encarnar el prototipo de la soubrette, que le permitió bordar los caracteres de Swanilda en Coppélia (1954), Mam'zelle Angot (1947) y después La fille mal gardée (1960) en la versión de Frederic Ashton: ella fue la Lise del estreno y marcó el papel para siempre. En diciembre de 1947 baila la mazurca de Las Sílfides en tres funciones en el Covent Garden, además del pas de trois de Lago, y de allí pasa a papeles principales, como la bailarina Can-Can de La boutique fantasque y el Hada Primavera de La cenicienta, de Ashton. Su propia Cenicienta en 1951 fue uno de sus hitos (que pudo hacer al sustituir a una indispuesta Moira Shearer). En enero de 1952 debuta como Aurora en La Bella Durmiente, otro carácter que pulió a la perfección. En noviembre de 1952 baila la Sylvia de Ashton y poco después hace su primera Odette-Odille de El lago de los cisnes, abriendo su abanico interpretativo a un rango superior. En 1956 asume Giselle con igual fortuna, sumando a su repertorio Petroushka o El pájaro de fuego, papel que lleva a cotas de mito con su salto, que ejerce una especie de mágico poder sobre el auditorio. También fue la bailarina principal de Ballet Imperial, de Balanchine y la materia sobre la que Ashton creó obras como Homage to the Queen (1953), Variations on a theme by Purcell (1955) y, sobre todo, Birthday offering (1956), donde hay ese solo mítico pensado para ella. Kenneth MacMillan la imaginó para Noctambules (1956).

En los años cincuenta, con dos pianistas y el bailarín lituano pero surafricano de adopción Alex Rassine, hace giras por Suráfrica (donde hacen la primera producción propiamente africana de un clásico) y el Reino Unido. En 1958 en el Palace Theatre londinense se hacía dos veces cada noche El cisne negro y La muerte del cisne.

Entre 1957 y 1965 Nerina aparece en programas de televisión de la BBC que incluyeron una Giselle acompañada del moscovita Nicolai Fadeiechev. En 1960 fue invitada a la URSS, y allí hizo Lago en el Bolshói de Moscú y Giselle en el Kirov de Leningrado con Konstantin Sergueiev. Volvió un año después a Moscú, en 1961, con la primera visita del Royal Ballet a ese país.

En 1962 hace pareja con el danés Erik Bruhn en varias funciones históricas en Covent Garden, y en marzo de 1963 Robert Helpmann crea para ella Elektra; también hizo una sensible Ondina. Se retiró de la escena en 1969, pero un año antes reapareció en la Sylvia de Ashton. Durante varios años fue patrona de la Cecchetti Society de Londres.

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