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LA QUEJA

El teléfono que nunca funcionó

Primitivo es cliente de Yoigo. Cuando necesitó una segunda línea, la adquirió en modalidad de contrato, como la que ya tenía con la operadora. "Fue en abril. Me cobraron la primera cuota en mayo y me enviaron un teléfono Sony Ericsson, que nunca funcionó", explica por email.

Hasta el 20 de junio Yoigo no recogió el terminal, que debían devolver arreglado "en 15 días". Tres meses después aún espera y paga "por un servicio del que no puedo disfrutar con calidad adecuada".

El departamento técnico de Yoigo le ha abierto varias incidencias, pero no le han dado "solución alguna. Si pido un nuevo aparato, dicen que no. Si trato de darme de baja, aseguran que me cobrarán porque contraté el servicio por un plazo de 18 meses. Y cuando les dije que daría orden al banco de no pagar, respondieron que lo pasarían a sus abogados y me incluirían en las listas de morosos.

Carece de importancia que el terminal esté en su poder y no lo haya disfrutado ni un segundo", se queja.

Desde Yoigo se han "puesto en contacto con el cliente para solucionar su problema con el terminal, reemplazándoselo y reparando las molestias provocadas, puesto que hemos comprobado que efectivamente el teléfono no funcionaba. En pocos días recibirá el nuevo en su casa".

Primitivo recibió esta llamada el 2 de octubre. "Querían saber si me había puesto en contacto con algún medio. Les confirmé que me había puesto en contacto con Ciberp@ís y me aseguraron que en breve me volverían a contactar". Al cierre de esta edición,

Primitivo aún espera la llamada y el teléfono que nunca funcionó.

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