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Reportaje:moda

Puntadas de celuloide

Los cortos se convierten en herramienta de promoción de las firmas de moda

Carmen Mañana

Al último desfile de Wonderbra acudieron, como mucho, 400 personas. Más de 250.000 han visto ya en YouTube The science of sexy, el corto protagonizado por Dita von Teese con motivo del lanzamiento, el pasado viernes, de su propia colección para la firma de lencería. No es algo inesperado. Las casas de moda han encontrado en los minifilmes una nueva y efectiva arma de promoción.

Para comprobar las dimensiones del fenómeno no hay que mirar mucho más allá de esta semana. El miércoles Tod's presentó, con una gran fiesta de por medio, Pashmy dream, una película de ocho minutos protagonizada por Gwyneth Paltrow y dirigida por Dennis Hopper. El viernes, Prada proyectó en el Victoria & Albert Museum de Londres Fallen shadow, una cinta de animación inspirada en sus diseños para este otoño, con banda sonora de Antony and the Johnsons. Ese mismo día, en París, en el museo Jeu de Paume, se inauguró la primera edición del festival de cine de moda A Shaded View of Fashion (Una ensombrecida visión de la moda) que se clausura hoy. Durante estos tres días se han podido ver trabajos como Traffic, el corto dedicado a Coming Soon, la línea más accesible de Yohi Yamamoto; Don't Blink!, protagonizado por Linda Evangelista, o Colors, el debut como realizadora de la fotógrafa de moda Sophie Delaporte. La organizadora del certamen, Diane Pernet, asegura que la relación entre cine y moda nunca ha sido tan intensa como ahora. "No puede haber un mejor compañero de cama para la moda que el mundo de ilusión inherente al cine. El séptimo arte ofrece toda una nueva forma de expresión que puede ser muy excitante", explica.

Marcus Black, director de Specialten, una revista editada en DVD, esgrime argumentos más comerciales en The International Herald Tribune: "La industria de la moda está utilizando las películas como antes utilizaba las revistas. Las publicaciones van a perder la partida frente a Internet y los ordenadores, porque los anunciantes quieren estar en frente de donde la gente se sienta".

Quizá por eso, el número de firmas que producen cortos para acompañar cada colección ha aumentado exponencialmente desde que, a principios de milenio, pioneros como Kim Jones o Bella Freud experimentasen con este formato. La diseñadora, e hija del pintor Lucian Freud, convenció a John Malkovich para que dirigiese tres de sus minifilmes. Desde esos primeros años, la página web showstudio.com se ha convertido en un referente al recoger los mejores proyectos de este nuevo género. Entre ellos, los de su creador, el fotógrafo Nick Night, que el año pasado rodó para Yves Saint Laurent 24HRS: 24 escenas filmadas a lo largo de 24 horas para una colección llamada Edición 24.

Como señala Pernet, gran parte de estos trabajos son mucho más que un simple anuncio largo. Se convierten, dice, en el soporte donde las marcas -incluso las más comerciales- pueden dar rienda suelta a la experimentación, ya que lo que buscan "no es tanto vender como ayudar a crear imagen". Aun así su eficacia parece fuera de toda duda. "Puedes elegir entre un spot, donde tienes que hacer llegar un mensaje en muy poco tiempo, o una película de tres o cuatro minutos, que te permite transportar al cliente potencial a otro mundo y que, además, va a tener bastante más alcance que el clásico desfile", concluye Pernet.

Fotograma de <i>Don&#39;t Blink! </i>(2005), dirigido por Francesco Carrozzi y protagonizado por Linda Evangelista.
Fotograma de Don't Blink! (2005), dirigido por Francesco Carrozzi y protagonizado por Linda Evangelista.

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